Hace poco, cuando Pablo Milanés aseguró que Fidel Castro debía ser condenado si Guillermo Fariñas moría de hambre y sed, también advirtió que no creía en las elecciones. “Ése es un juego democrático entre comillas que también es una farsa”, dijo. Yo, en cambio, creo que si a los cubanos les dieran la oportunidad de elegir su destino en una urna, le devolvería la libertad y el futuro a una nación que hoy solo respira el aire viciado que producen las ruinas.
Si yo pudiera votar en República Dominicana lo haría. Es cierto que sobran razones para sentirse decepcionado, pero no se puede dejar de ejercer ese derecho. Yo votaría por Hamlet Otañez si hubiera sido el candidato a alcalde de Santiago, como votaría también para que Pedro Catrain y Minou Tavárez Mirabal (que merece mucho más de lo que está aspirando) sean diputados.
5 comentarios:
Si tuvieras un minuto para sustentar tu apoyo público a Hamlet, yo que pienso abstenerme, podría reconsiderar, ejercer "mi derecho al voto".
Besos,
buen punto, te compro la idea.
camilo tus tres candidatos son muy buenos pero coincido con tus amigos en que esta vaina se jodió.
Creo que si el pueblo de Cuba pudiera votar, posiblemente no le regresaría al país la dignidad, pero al menos se responsabilizaría de sus decisiones, que las habría tomado él y no otros. Es lo mismo que sucede en cualquier lado: quien no vota, sencillamente está evadiendo su responsabilidad con su propio futuro o el de sus hijos.
Excelente post.Saludos
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