Un amigo muy querido (que aún vive en La Habana más vieja) me contó la anécdota. No sé si es real, pero en todo caso merece serlo. Mi amigo cuenta (a pesar de su voz hosca, tiene una gracia sin igual para contar esas cosas) que en algún momento le pidieron a Celia Cruz que hiciera un concierto en la Base Naval de Guantánamo.
Eso, de cierta manera, representaría su regreso a la isla. Para narrar la parte final de la historia, mi amigo abría los brazos y se inclinaba para sugerir una balanza. “Tú estás loco −decía que dijo Celia−, para que la isla se vaya de lado”. La presunción de Celia Cruz de que once millones de cubanos se desplazarían hasta el territorio ocupado para escucharla, parece más creíble que la afirmación hecha por Fidel Castro (en el hipotético caso de que aún esté en condiciones de afirmar cosas) de que el pueblo de Cuba tiene entre sus prioridades recuperar ese pedazo de bahía.
“Mantener una base militar en Cuba contra la voluntad de nuestro pueblo, viola los más elementales principios del derecho internacional. Es una facultad del Presidente de Estados Unidos acatar esa norma sin condición alguna. No respetarla constituye un acto de soberbia y un abuso de su inmenso poder contra un pequeño país”, reflexiona el Comandante. Puestos a elegir, los cubanos tienen otras prioridades.
Si tuvieran que escoger, por ejemplo, entre la devolución del territorio que ocupa actualmente Estados Unidos o una transición hacia la democracia, con toda seguridad votarían por la segunda opción. Por algo el gobierno revolucionario se vio forzado a sembrar el campo minado más grande del mundo alrededor de la Base Naval de Guantánamo.
No es de los marines que se cuida sino de su propio pueblo. Es a él a quien ataja.
Eso, de cierta manera, representaría su regreso a la isla. Para narrar la parte final de la historia, mi amigo abría los brazos y se inclinaba para sugerir una balanza. “Tú estás loco −decía que dijo Celia−, para que la isla se vaya de lado”. La presunción de Celia Cruz de que once millones de cubanos se desplazarían hasta el territorio ocupado para escucharla, parece más creíble que la afirmación hecha por Fidel Castro (en el hipotético caso de que aún esté en condiciones de afirmar cosas) de que el pueblo de Cuba tiene entre sus prioridades recuperar ese pedazo de bahía.
“Mantener una base militar en Cuba contra la voluntad de nuestro pueblo, viola los más elementales principios del derecho internacional. Es una facultad del Presidente de Estados Unidos acatar esa norma sin condición alguna. No respetarla constituye un acto de soberbia y un abuso de su inmenso poder contra un pequeño país”, reflexiona el Comandante. Puestos a elegir, los cubanos tienen otras prioridades.
Si tuvieran que escoger, por ejemplo, entre la devolución del territorio que ocupa actualmente Estados Unidos o una transición hacia la democracia, con toda seguridad votarían por la segunda opción. Por algo el gobierno revolucionario se vio forzado a sembrar el campo minado más grande del mundo alrededor de la Base Naval de Guantánamo.
No es de los marines que se cuida sino de su propio pueblo. Es a él a quien ataja.
6 comentarios:
Me gusta siempre lo que escribes y tu manera de enfocar las cosas.
Besos.
Camilo, viví un año y cuatro meses en Caimanera, adonde fui enamorado de una blanquita preciosa en 1984. El día que nos juntemos, recuérdame contarte sobre la expriencia de los campos minados y demás. Un abrazo,
el problema, Camilo, es que no tenemos que elegir tales prioridades, porque la devolución de la Base no nos compete a los cubanos, sino al gobierno de los Estados Unidos, que siendo un gobierno como pretende mostrarse justo y racional, debe entender que ese territorio pertenece a Cuba, que los cubanos, y particularmente los guantanameros, no queremos esa maldita base militar en la puerta de nuestra bahía.
Según tengo entendido esa base militar responde a un acuerdo firmado por el Presidente Estrada Palma y por el cual EEUU paga una cantidad al gobierno de Cuba, además tengo entendido que hay personal cubano laborando en la instalación y que inclusive devengan ingresos por concepto de pensión (posiblemente mucho más lucrativos que los pagados por el gobierno cubano). De todas formas, cuando de manera abierta y democrática los cubanos podamos influir en las decisiones de nuestros gobernantes, entonces se sabrá que hacer con la base. A fin de cuentas ni los cubanos (ni los guantanameros) queremos a esos malditos viejos de mierda que nos desgobiernan a su antojo desde hace cinco décadas
Venegas, he subido la réplica en el blog, porque era demasiado larga. Saludos, Acner.
Acabo de descubrir este blog por casualidad. Tus historias tienen la magia de las historias de Macondo pero con personalidad propia. Habiendo nacido de el Paradero de Camarones, con abuelos llamados Aurelio y Atlantida y siendo capaz de escribir frases como esta "
al cabo el pasado en esos pueblos tiene más probabilidades de ocurrir que el futuro" creo que el Gabo se moriria de envidia. Saludos, seguire leyendote. Tatiana
"al cabo el pasado en esos pueblos tiene más probabilidades de ocurrir que el futuro"
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