Tenemos el plan de por fin publicar Atlántida en septiembre. Como se trata de una novela sobre un mundo que desapareció, precisa de mapas y de itinerarios que guíen a los lectores durante el viaje de regreso a él. En eso ha sido fundamental la labor de Leonardo Orozco, quien también ha diseñado la colección de Libros del Fogonero, donde espero seguir publicando libritos míos.
Con la ayuda de viejas cartografías cubanas y de imágenes satelitales, hoy terminamos el mapa del Paradero de Camarones de 1978, que es donde se sitúa la historia. Ahora nos dedicaremos al de los Ferrocarriles de la región central de Cuba. No hablo del presente, sino de ese pasado donde los trenes aún sabían volver.
Gracias, Leo, por tanta paciencia y, sobre todo, por tanto talento.
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