04 abril 2022

Un mundo sin zorros


Alain Delón quiere dejar de vivir. El hombre más lindo que conocieron las muchachas de mi pueblo tiene 86 años, dice que la vejez apesta y ha pedido que lo maten. Cuando leí la noticia no lo sentí tanto por él como por los que nunca nos cansábamos de ver sus películas.
Los que éramos niños cuando el Zorro entraba a todo galope en la estricta pantalla del cine Justo (era tan estrecha que no cabían las películas en cinemascope), ya tenemos más años que el enmascarado que nos enseñó (sin tener que adoctrinarnos) a impartir justicia.
Cada vez que volvía la película al o la pasaban por televisión, acabábamos batiéndonos con espadas de guásima y máscaras de sofocante nylon negro. Al otro día el Paradero de Camarones amanecía lleno de zetas. Las escribíamos con piedras o tizones en las paredes, los tanques de basura y la espalda de algún entretenido.
El héroe más admirado por los niños cubanos de mi generación, se acaba de quitar la última máscara y solo desea irse de este mundo. Con él se llevará algunos de nuestros mejores recuerdos y, sobre todo, un mundo mucho mejor que el que tenemos hoy.
Solo hacía falta que él chiflara para que apareciera su caballo Tornado y el mal no tuviera dónde meterse. Hoy saldría con una Z en el pecho, pero hasta de la poesía de esa letra nos han privado los invasores rusos. 
Alain Delón descansará en paz, mientras nosotros tendremos que seguir viviendo esta pesadilla que es un mundo sin zorros.

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