La
dictadura de Cuba se ha quedado sin argumentos, es por eso que no se atreve a
escuchar ni dejar escuchar a los cubanos. La última prueba de ello está
ocurriendo ahora mismo frente a un portal de La Habana donde una mujer leía en voz
alta.
La
artista Tania Bruguera (que semanas atrás fue víctima de un acto de censura,
impidiéndosele presentar un performance en público) decidió sentarse en la
puerta de su casa a leer, durante 100 horas, el libro Los orígenes del totalitarismo, de Hannah Arendt.
En
respuesta, la dictadura envió una brigada de constructores a romper aún más el
pavimento (en La Habana la inmensa mayoría de las calles están deshechas)
frente al portal de Tania. No es difícil calcular que permanecerán 100 horas
martillando.
Según
fuentes cercanas a la artista, Bruguera esperará a que concluyan las obras de
“reparación” para retomar su lectura. Para entonces, con toda seguridad, a los
esbirros de Raúl Castro ya se le habrá ocurrido una nueva artimaña.
Mientras
tanto, más allá de la indignación que provoca tanta cobardía, al menos hay una
buena noticia: justo frente a la casa de la artista Tania Bruguera, a unos
pocos pasos de la urna de cristal donde se conserva el yate Granma, un pequeño trecho de
la calle Tejadillo por fin será reparado.
1 comentario:
Gran artículo. Los Castro actúan como perversos delincuentes. Tienen miedo que los cubanos tomen la calles. Porque va a pasar. Un día esos tiranos y sus arrodillados no van a poder contener ese mar de dolor contenido por tantos años de mentiras y odios. Cuando el pueblo se entere de todas sus atrocidades ESE VA A SER EL DÍA PARA CUBA.
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