12 febrero 2014

Para Santiago

A mediados de la década del 80 del siglo pasado, muchos de nosotros queríamos tener la inspiración, la melena y las mujeres de Santiago Feliú. Por demasiadas razones aquel joven trovador, gago y zurdo, era objeto de nuestra envidia.
Cuando se paraba en la Escalinata de la Universidad de La Habana, a cantar a dúo con Silvio, nuestra generación se hacía la idea de que tenía voz y voto. Cuando volvía de Buenos Aires y mencionaba apellidos tan extraños como Spinetta o Baglietto, le creíamos un extraterrestre.
Luego compartía los discos de un tal Charly García o las canciones de un flaquito, jovencísimo y enloquecido, que se llamaba Fito Páez. Además de sus canciones (que he oído y aún oigo hasta la saciedad), a Santiago le debemos eso: que nos abriera las puertas del rock argentino.
Al principio no entendía los tweet, luego crucé los dedos para que fuera una bola, una de las tantas bromas de mal gusto que se juegan en las redes sociales. Pero entré a Segunda Cita y ya Silvio lo había confirmado en un post urgente, adolorido.
Con Santiago el espíritu de mi generación pierde a un apóstol. Cualquier resumen de la Cuba que vivimos estaría incompleto sin sus canciones. Aunque su música nunca dejará de acompañarnos, el vacío que empieza a partir de hoy es insalvable.
A lo mejor anoche se le ocurrió una canción y, por vagancia, la dejó “para mañana”. El único consuelo para ese gran desasosiego lo escribió él mismo: “La vida es suficiente,/ si entonces no se acaba/ cuando se halló el final/ donde se encuentra el pasado con la nada.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Este homenaje, limpio de polvo y paja, habla mucho del gran ser humano que eres, Camilo.

Leticia Cabrales dijo...

Que angustia, que pena, q m....

Ana de la Portilla dijo...

Adiós, trovador.

Anónimo dijo...

el santy cojone

Juan Carlos Gil Araujo dijo...

¡Un gran poeta!

Anónimo dijo...

GRACIAS CAMILO POR SU SENSIBILIDAD

Raúl Martin dijo...

Gracias Camilo. La noticia es demasiado triste…y hermosas tus palabras.
Besos