—Mi ciudad es Londres —le respondió
Cabrera Infante—. Yo con París siempre he tendido una relación muy difícil.
—Escriba eso entonces —Le pidió un
Mordzinski que aún no había cumplido los 20. Hablamos de 1979, justo el año en
que se publicó La Habana para un infante
difunto.
No solo lo escribío, sino que contó
la anécdota en su texto. Cuando el libro estuvo listo, Daniel viajó por primera
vez a Londres con el ejemplar de Guillermo debajo del brazo. Allí se encontró
con un hombre jovial, afable, que caminaba por la ciudad con la destreza
del que anda por ella desde niño.
Así como Cabrera
Infante no tenía ninguna afinidad por París, Mordzinski tampoco la tenía por
Londres. De manera que el argentino conoció a la capital de los ingleses a
través de los ojos del cubano. Lo llevó a caminar por sus rincones preferidos y
le contó infinidad de historias sobre los personajes que se iban encontrando a
su paso.
—Tenía un dominio increíble de la
ciudad —recuerda Daniel Mordzinski—. En cada uno de sus parques elegía un sitio
para detenerse a disfrutar de aquel entorno que parecía pertenecerle desde
siempre.
Al final del recorrido, volvieron a
casa, donde Miriam Gómez había estado cocinando para ellos. Cada vez que Daniel
regresaba a Londres, Guillermo lo esperaba para hacer los mismos recorridos que,
como siempre, acababan en su casa, donde la mesa ya estaba servida y la comida
humeaba.
—Eran muy hospitalarios y humildes
—recalca Daniel—. Yo tenía 19 años cuando empecé a viajar a Londres y no me
sentía intimidado por aquel hombre que, en ese entonces, ya era uno de los mayores
escritores de la lengua.
Nunca le preguntó para qué quería
tantas fotos, tampoco le pidió ninguna. Incluso Miriam Gómez, que era
reacia a dejarse retratar, posó una vez, abrazando a su marido por la espalda.
Jamás se habló de La Habana en aquellos encuentros. A fin de cuentas, la vista
del amanecer en el trópico quedaba demasiado lejos.
*Estas fotos inéditas de Guillermo Cabrera Infante pertenecen a uno de los paseos que el escritor cubano hizo por Londres junto a Daniel Mordzinski, quien generosamente las ha enviado para este post de El Fogonero.
7 comentarios:
Genial!!! La de Guillermo de espaldas es una despedida total, y una bonita manera de invitar a reeler su obra...
Hermoso homenaje y bellisimas fotos... el FOGONERO es una de mis lecturas obligadas y encontrar algo asi es un lujo... GRACIAS!!!!
Un lujo las fotos y el post.
Que bueno que estan estos testimonios de GCI.
Gracias.
Saludos.
Lindo articulo. La mia es en el centro del mundo, una ciudad en si,que no pertenece a ningun pais porque se parece a todos y no se parece a ninguno, NY.
HERMOSO Y LAS FOTOS INCREIBLES.
Embúllate a venir. Los paseos y el guía están garantizados. Claro, no serán tan exquisitos como los de GCI, pero servirán de inspiración a alguna que otra crónica.
Buenísimo!!! Eres el mejor!!!
Te abrazo
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