14 mayo 2013

La dominicanidad, según dos maestros cubanos


La cultura dominicana suele ser subestimada por muchos, lo mismo desde fuera que desde dentro. La mayoría se queda en la epidermis, simplificando en extremo una idiosincrasia cuyo mayor valor es justamente su diversidad y riqueza.
Dos artistas cubanos que han residido en República Dominicana, el pintor José Bedia y la coreógrafa Marianela Boán, levantaron la piel de eso que llamamos dominicanidad y miraron como pocos lo que de verdad tiene esa identidad por dentro.
En su exposición Historias de un país gentil, que se exhibió en la galería Lyle O. Reitzel, José Bedia acabó ofreciendo un profundo trabajo de antropología urbana. En el paisaje del “paraíso caribeño”, que el artista reconoce como su segundo hogar, se hicieron visibles los personajes y las tragedias que nadie quería ver.
“Santo Domingo, en su aparente y paradisiaca ingenuidad tropical, ofrece contornos más imprecisos que se resisten a una definición simple. Es quizás esa maña occidental de brindar un producto final descafeinado que nos deja satisfechos y que intenta determinarnos superficialmente y siempre desde lejos”, asegura el pintor.
Mientras José Bedia aborda la mendicidad, la prostitución, los inmigrantes, la delincuencia y el “nefasto tigueraje”; Marianela Boán en su más reciente obra, Caribe Deluxe, revindica la bachata como el sonido que mejor acompaña a los cuerpos que se mueven en esta media isla.
Boán, como Bedia, no cae en la trampa de los lugares comunes ni los estereotipos, sino que va a la esencia, busca lo que define y reafirma. Aunque su obra parte de ese producto en el que muchos prefieren convertir al país, acaba abordando eso de lo que nunca hablaría ninguna guía para turistas.
Lo que estos dos maestros cubanos han hecho con la dominicanidad, acabará convirtiéndose en un camino que otros seguirán transitando. Al final las obras dominicanas de José Bedia y Marianela Boán serán reconocidas como la de dos exploradores, tan importantes para el país como Erik Leonard Ekman.
Por el científico sueco conocemos muchas especies de plantas dominicanas; por los artistas cubanos podemos ver lo que se quería encubrir, la esencia que se prefería marginar.

3 comentarios:

Angela Garcia dijo...

Me gustó mucho. Gracias por compartir.
Saludos

jyero1 dijo...

Siempre he admirado tu visión cultural. Te mando un abrazo.

jyero1 dijo...

Lindo... Siempre he admirado tu amplia visión cultural. Abrazos.