Solo para Diana
Mientras
permanecían encendidas las tres velas
(que
compraste para apaciguar
el
olor de la cocina hindú),
resonaron
los vuelos nocturnos
y el
carguero que pasó
por
debajo de las aves que dormían.
A esas
horas de la madrugada,
solo
tú y tus miedos estaban despiertos.
Los
aviones no cesaron de abalanzarse
sobre
aquella extraña ínsula
y el
tren no se detuvo
hasta
llegar a Fort Lauderdale.
En
cambio tú seguiste inmóvil,
con
los ojos bien abiertos y el ceño fruncido.
Parecía
que acababas de tener una pelea.
La
escena permaneció invariable
como
en un film de Andy Warhol.
Tampoco
la Luna llena se movió de su sitio.
Por
eso nunca se hizo notar
entre
todas las cosas que sucedían.
En la ventana de la habitación
se
veía el silencio del lago artificial.
La
luz de las velas
expandían
una extraña oscuridad,
algo
muy parecido
al
color que acompañaba a tus miedos.
Antes
del amanecer llegó un aguacero.
Fue
muy fuerte, sus ráfagas y relámpagos
daban
contra los cristales
(más
de una vez hicieron que te estremecieras
y
miraras fijo
hacia
las flamas de cashmere woods).
Recuerda
que hablo del 24 de mayo de 2013,
en
un hotel de Miami.
Describo
cada detalle
para
que sepas que no dejé de acompañarte
ni
siquiera un segundo.
Solo
me hice el que dormía.
Tendido
en un rincón de la cama,
me
quedé a vigilar
que
la escena se mantuviera invariable,
como
en uno de aquellos films
que
hizo Andy Warhol
cada vez que él y sus miedos permanecían despiertos.
3 comentarios:
envidio el amor que le tienes a esa mujer, me gustaria que aunque sea un marciano me quiera asi
ME GUSTARIA SABER SI EL VIDEO ES DE VERDAD DE ESA NOCHE QUE NARRA LA POESIA???
Ese video fue tomado esa noche. Lo que no imaginé es que inspiraría un poema tan hermoso. Gracias, Camilo Venegas, por estar ahí.
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