A los 5 años me encasquetaron una boina roja y me amarraron una
pañoleta azul en el cuello. En una fila de mayor a menor, dentro de una
formación que iba desde preescolar hasta sexto, me hicieron jurar mientras saludaba
a la bandera con el dedo pulgar encajado en la frente.
—¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che! —Gritamos todos
los niños a la vez, justo antes de que Carlos Puebla entonara una de sus trovas
insurrectas.
De ahí en adelante, ese acto se repitió todas las mañanas de
clases por más de siete años. Durante todo ese lapso de tiempo, Fidel Castro
era un líder revolucionario cuya estatura nos parecía inalcanzable. ¡El
Caballo! Así le llamaban los adultos cuando libraba sus batallas en la pantalla
en blanco y negro de los televisores rusos.
El pasado domingo veíamos un noticiero y reapareció Fidel en la
pantalla high definition del televisor japonés. Se ha reducido tanto, que está
del alto del pionero que lo saludaba sin la boina roja encasquetada, pero aún con una
pañoleta azul amarrada en el cuello.
Balbuceaba tanto que no se le entendía nada. Gracias a la versión taquigráfica que publicó el Órgano Oficial del Partido Comunista, pudimos
reconstruir el diálogo con los periodistas:
—¿Qué le parecen, Comandante, los cambios que están teniendo lugar
ahora en Cuba? —Le preguntó Fabiola López.
—Tú dices los cambios, pero el gran cambio fue la Revolución —aclaró tajante Fidel.
1959 ocurrió hace 55 años. Desde entonces, según palabras
textuales de su propio líder, la revolución cubana ha sido incapaz de seguir
produciendo grandes cambios. Aunque formó varias generaciones como comunistas,
las condenó a vivir sin dialéctica, en una nación que fue envejeciendo,
encorvándose y repitiendo un discurso único hasta balbucearlo y hacerlo
ininteligible.
—¿La próxima elección cuándo va a ser? —Preguntó Fidel más
adelante.
—Dentro de cinco años me imagino —le respondió la periodista
Gladys Rubio.
—¡Compadre!, me parece un poco demasiado —respondió el comandante
desalentado. Sabe que se le acaba el tiempo... y las fuerzas para seguir
deteniéndolo.
1 comentario:
Azul y blanca, era azul y blanca.
Publicar un comentario