Hasta ahí llegamos. Ese es el kilómetro 67 de la Vía Blanca.
Íbamos camino a Varadero y un viejo jeep torció sin previo aviso en dirección a
una vaquería. No nos quedó más remedio que lanzarnos hacia la cuneta. Así fue
que acabamos estrellándonos contra un poste.
Un cable de alta tensión estuvo a punto de caernos encima. Pero, afortunadamente,
lo único que cambió el accidente fueron los planes. El día que habíamos
destinado para una de las playas más renombradas del mundo, acabó sucediendo en
un cañaveral sin nombre, a medio camino entre La Habana y Matanzas.
Fue un mal rato, pero ahora le agradecemos muchas cosas. Ninguno
de los que estuvimos allí podemos deshacernos de la experiencia. A menudo
recordamos frases, absurdos, enseñanzas… Solo la fiesta de despedida logró
zafarnos de la inercia que produjo aquel crash.
Gracias al incidente también conocimos a Zabala, un caballito
(policía motorizado) de San José de las Lajas que tiene la gracia de un personaje
de ficción. Una catarsis suya se ha convertido en una cita recurrente entre nosotros.
Cada vez que la recreamos, volvemos a reírnos como lo hicimos aquel día.
El seguro cubrió el 100% de los daños y nos dieron un carro nuevo.
Llegamos a Varadero de noche, muertos de cansancio y con una insolación. Dos matanceras,
disfrazadas de Ochún y Obatalá, nos ofrecieron el coctel de bienvenida. Curiosamente,
esas deidades son las patronas de Cuba y República Dominicana.
Diana y Susan aseguran que fueron ellas quienes impidieron que el
cable de alta tensión cayera sobre el vehículo y nos calcinara. Yo, que era el
único ateo del grupo (incluyendo a los policías), también hice notar que frente
al accidente había una señal con mi año de nacimiento.
Hasta ahí llegamos. Ese es el kilómetro 67 de la Vía Blanca. Todo
sucedió en cuestión de segundos, pero aún estamos reconstruyendo los hechos.
5 comentarios:
¡¡¡Qué buen relato!!!
Espectacular, as usual!
Pero, asere! El cuento de la catarsis de Zabala, el caballito, tendrás que hacerlo también...
Yo no me atrevía a sugerírselo para que no me dijera confianzú. Pero sí, es de desear que por lo menos a través de la literatura en su forma más clásica nos beneficiemos de esa pata de la historia.
Pues no deberias ser tan "ateo".O quizas estes esperando que te suceda algo que te haga creer que Dios existe,a muchos nos pasa.
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