Ese televisor Krim 218, hecho en la URSS, estaba
acabado de estrenar el 15 de octubre de 1980. Lo primero que se vio en su
pantalla en blanco y negro fue un discurso. Era el Acto Central por el Primer
Vuelo Conjunto Soviético-Cubano al Cosmos.
“Es increíble (…), cuando muchos de nosotros que no somos
tan viejos éramos niños, y se hablaba en películas de ficción, en libros de
ficción de viajes espaciales; y en el período menor que la vida promedio de un
hombre se han producido estos cambios tan extraordinarios”, reconoció Fidel ese
día.
Diez años después, el 1 de febrero de 1990, cuando el acto
de recibimiento a la tripulación del buque mercante "Hermann",
efectuado en el monumento al "Maine", ya le habían tenido que cambiar
dos bombillos. La mesa había perdido el color original de la caoba. Era roja,
como él óxido.
Casi al final del discurso, Fidel recordó una historia de la
antigua Roma. “Se dice que los que
cercaban aquella ciudad lograron hacer dos prisioneros y los llevaron ante el
jefe, que los amenazó con torturarlos, los amenazó con quemarlos. Allí había
una hoguera y, como desprecio a la amenaza, extendieron las manos sobre las
llamas”, una ovación le puso el punto final a la frase.
El 25 de noviembre del 2000, la mesa era azul cielo. Algunas
de las piezas esenciales del televisor habían sido reemplazadas por las de un
viejo Caribe. En la Tribuna Abierta de la Revolución, en la Plaza Batalla de
Guisa, Fidel prometió ganar “la épica batalla de ideas”.
Una década más tarde, el 23 de agosto de 2010, a la mesa ya
le habían dado la mano de pintura verde. Los tonos de la pantalla se acercaban
cada vez más a un gris uniforme. Aún así, se distinguían los movimientos del mostacho
del locutor, quien le dio lectura a las Reflexiones
del compañero Fidel.
“Hace 65 millones de años, un asteroide impactó en la
península de Yucatán. La nube de polvo resultante, mezclada con el humo de los
incendios, ocultó el Sol, matando a los dinosaurios. El volcanismo masivo, que
a la vez se daba en la India, pudo haber agravado los efectos”, dijo con un
tono severo.
Quince meses después, la vida en blanco y negro no para de
verse en la pantalla del Krim 218. Desde 1980 hasta hoy, lo único que ha
cambiado de color es la mesa.
1 comentario:
Los dinosaurios siguen, hermano incluido.
Y hay que pegarle a la TV rusa tres trozos de nylon transparente coloreado, para ver al Loco en tres tonos: verde, caca y cetrino.
¿Te acuerdas? (S.Lemis)
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