André Voisin lo sabía casi todo
sobre el animal a través de la hierba,
pero nunca fue capaz de calcular
la influencia del suelo
ni la capacidad de los cubanos
para enterar huesos en el polvo.
El Tablón, La Parra y La Yaya son apenas tres
de los tantos nombres que le debamos
al autor de la Dinámica de los pastos.
En esas comunidades fantasmas
sólo unas pocas vacas pueden rumiar
la tediosa costumbre que van
colgando
los días y las noches
sobre las cercas electrificadas.
1 comentario:
Buen poema, poeta.
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