
Gracias a Youtube y el Facebook, Pánfilo se ha convertido en un héroe nacional. Tanta es su celebridad, que ya ha merecido un post del Guamá y todos se envían y reenvían el link de su video, demostrando, entre carcajadas y lágrimas, la eficacia de la teoría de los escasos seis pasos que nos separan en la Web 2.0. El grito de guerra de Pánfilo, “¡Jama!”, será recordado como uno de los primeros que se universalizó en el imaginario popular cubano a través de la red de redes.
Aún en el Palacio de la Revolución no ha encontrado la manera de responderle a Barack Omaba su propuesta de tirar un cable al agua para que todos los cubanos tengan acceso a Internet, pero la velocidad con la que se ha difundido ese pequeño video es la evidencia de que ya no hay forma de evitar que una multitud cada vez mayor mire al nordeste.
(Este post se acababa en ese punto y aparte. Pero Jorge Luis García me ha enviado desde México una versión en reguetón de “¡Jama!”. Admito que aquí se me hace difícil decidir quién supera a quién, entre realidad y ficción).