Sobre las destituciones de Felipe Pérez Roque y Carlos Lage se tejieron todo tipo de conjeturas. El vacío de información que siempre crea el Gobierno cubano en este tipo de situaciones, fue rellenado con elucubraciones y sospechas. Aunque algunas versiones rozaron el delirio, todo parece indicar que en el fondo no eran tan descabelladas como suponíamos.
Según un reportaje publicado en El Correo Digital, un amigo de infancia de Carlos Lage resultó ser un espía de la inteligencia española y la causa de su desgracia. Conrado Hernández grabó en su finca de Matanzas, entre datas de dominó y tragos de ron, conversaciones de Lage con Felipe Pérez Roque.
Según El Correo Digital, en esas cintas se les oye criticar al régimen. “Al parecer, las conversaciones que habría grabado a Lage y Pérez Roque podrían contener duras críticas al régimen e, incluso, bromas sobre Fidel Castro acerca de su edad y enfermedad, y sobre su hermano Raúl, presidente del país, de quien dudaban de sus capacidades al frente del Gobierno. Además, los dos altos funcionarios se presentarían como cabezas visibles de un supuesto cambio político que decían tener controlado”, dice el reportaje.
Con ellos de este lado, ya no queda nadie del otro: tres de cada tres cubanos piensan exactamente lo mismo.
Según un reportaje publicado en El Correo Digital, un amigo de infancia de Carlos Lage resultó ser un espía de la inteligencia española y la causa de su desgracia. Conrado Hernández grabó en su finca de Matanzas, entre datas de dominó y tragos de ron, conversaciones de Lage con Felipe Pérez Roque.
Según El Correo Digital, en esas cintas se les oye criticar al régimen. “Al parecer, las conversaciones que habría grabado a Lage y Pérez Roque podrían contener duras críticas al régimen e, incluso, bromas sobre Fidel Castro acerca de su edad y enfermedad, y sobre su hermano Raúl, presidente del país, de quien dudaban de sus capacidades al frente del Gobierno. Además, los dos altos funcionarios se presentarían como cabezas visibles de un supuesto cambio político que decían tener controlado”, dice el reportaje.
Con ellos de este lado, ya no queda nadie del otro: tres de cada tres cubanos piensan exactamente lo mismo.
1 comentario:
Eso no es secreto ni asombra a nadie. La cosa es (y siempre ha sido) cuántos de esos tres tiene los cojones de decirlo abiertamente.
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