Anoche Gorki Águila durmió en su casa. El Tribunal Municipal de Playa, en La Habana, sólo pudo condenarlo a pagar una multa de 600 pesos, en 300 cuotas de dos pesos. El régimen de Fidel Castro siempre ha sido sordo en cuestiones de justicia, lo ha probado en miles de causas desde 1959 hasta hoy, pero al menos por esta vez tuvo que oír.
“Cuando la gente toma conciencia de la injusticia, te quedan esperanzas de que esto cambie alguna vez”, afirmó Gorki al salir libre. Juzgarlo por “desobediencia” y no por “peligrosidad social”, fue la salida que encontraron para quitarse de encima la presión que generó la solidaridad de tantos cubanos en tantas partes. “Siento orgullo por toda esa gente que se ha solidarizado [y] desprecio, más todavía, por toda esta tiranía”, declaró el músico después de ser conducido por la policía a su casa.
La liberación de Gorki debería convertirse en aliciente para que todos sigamos haciendo cosas por la liberación de todos los presos de conciencia que hay en la Isla. Los médicos, los panaderos, los matemáticos, los sastres, los torcedores de tabaco, los ingenieros, los barrenderos, los macheteros, los maestros, los taxistas, los cocineros, los ferroviarios, los marineros y todos los demás, hagan lo que hagan, merecen la misma solidaridad y el mismo apoyo que los artistas y los escritores.
“Cuando la gente toma conciencia de la injusticia, te quedan esperanzas de que esto cambie alguna vez”, afirmó Gorki al salir libre. Juzgarlo por “desobediencia” y no por “peligrosidad social”, fue la salida que encontraron para quitarse de encima la presión que generó la solidaridad de tantos cubanos en tantas partes. “Siento orgullo por toda esa gente que se ha solidarizado [y] desprecio, más todavía, por toda esta tiranía”, declaró el músico después de ser conducido por la policía a su casa.
La liberación de Gorki debería convertirse en aliciente para que todos sigamos haciendo cosas por la liberación de todos los presos de conciencia que hay en la Isla. Los médicos, los panaderos, los matemáticos, los sastres, los torcedores de tabaco, los ingenieros, los barrenderos, los macheteros, los maestros, los taxistas, los cocineros, los ferroviarios, los marineros y todos los demás, hagan lo que hagan, merecen la misma solidaridad y el mismo apoyo que los artistas y los escritores.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Camilo.
Gracias Camilo, Laura
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