En el MoMA hay una sala dedicada a Dial-A-Poem, el servicio público de poesía que el artista y activista John Giorno estableció en 1968, después de una conversación telefónica con William Burroughs.
María suele socorrerme a menudo con asuntos tecnológicos. Cada vez que me trabo con un aparato o una aplicación, ella deja lo que está haciendo y me asiste. Muchas veces ni siquiera pregunta. Al verme en aprietos, dice "¡a ver, déjame a mí", y soluciona el problema.
Hoy, sin embargo, cuando se sentó en uno de los teléfonos que hay a disposición de los visitantes para que escuchen poemas, se quedó paralizada. Primero trató de mantener la calma, pero poco a poco empezó a poner cara de frustración.
Me le acerqué y esperé a que me pidiera ayuda. Hizo un último intento, pero también fue en vano. "¿Cómo se hacían las llamadas en estos teléfonos?", me preguntó desesperada, en voz muy baja, tratando de que nadie más se diera cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario