Primero arriban las hembras y una o dos semanas después, los machos ("Seguro que se distraen en el camino, como tú", me echó en cara Diana). Algunas viajan desde Alaska, otras desde Yukón, Ontario o Texas. Estarán con nosotros hasta marzo.
Los arrayanes que tenemos detrás de la cocina se convertirán en su hogar durante todos estos meses, donde compartirán ramas con las aves que viven aquí todo el año.
¡Bienvenidas y disfruten mucho su estancia en la Cordillera Central dominicana, el techo del Caribe!
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