Miguelito Cuní retratado por Mario García Joya en 1970. |
Mi tío
Aramís
tiene un
vaso de cuero
con cinco
dados.
Los sábados
en la mañana
bebe ron,
oye a Miguelito
Cuní
y juega
cubiletes.
Cada vez que
traga alcohol
clava el
vaso bocabajo,
para que
nadie vea
la suerte
que dejaron
al caer
negros y
gallegos,
jevas y
cundangos,
carabinas y
ases.
—¡Tú no
juegues conmigo
que yo como candela! —Grita,
mientras usa
la mesa
como un
tambor.
Luego abre
los brazos
y baila sin
moverse del lugar.
Cuando el
ron
y la música
se agotan,
Aramís
abandona el juego.
Jamás
averigua
si tuvo
suerte
o salió
derrotado.
Apenas
cierra los ojos
y deja que Cuba
desaparezca de sus recuerdos.
desaparezca de sus recuerdos.
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