07 noviembre 2016

La Nicaragua de Ortega ya es más vieja que la de Somoza

El poeta nicaragüense Francisco Larios resumió, en el muro de Facebook de algunos de sus amigos, lo ocurrido ayer en su país:

Y con mucha tristeza lo digo: no hubo elecciones en Nicaragua.
Solo una ratificación de la traición.
La lista de los traidores es larga:
los Ortegas, Arces, Alemanes, Maximinos, "Liberales", y demás especies de la fauna política, que con muy honrosas excepciones (la escasez les da valor) cambian de color con más naturalidad que un camaleón;
la Iglesia Católica, entre timorata y cómplice, y podría decirse más, mucho más;
las iglesias evangélicas, al servicio del poder que--dicen--"emana de Dios", y de paso engorda su diezmo;
los mercaderes de siempre, los empresarios del Cosep, los Pellas, y tantos otros ocupados en contar sus treinta monedas: antes apoyaron la guerra en nombre de la democracia (y también--un detalle--para recuperar sus propiedades), pero hoy que se enriquecen al lado de sus antiguos enemigos se limpian el trasero con la democracia; prefieren hacerse los que no han vivido un día la violencia que tarde o temprano entra en escena en nuestro repetitivo drama nacional cuando se cierran las compuertas electorales;
los "vivos" que hoy son orteguistas, "cristianos, socialistas y solidarios", y antes corrieron tras otros huesos;
los padres y las madres que enseñan a sus hijos a "no ser baboso";
los que se mofan de la gente que se "atreve" a tener principios y expresarlos, porque en la realidad amoral de la Nicaragua "cristiana", se castiga con penuria económica y hasta exclusión social a mucho individuo íntegro, ¿pero, el corrupto?...ese siempre tiene lugar en la mesa y el convite.
La única esperanza es que una fruta podrida al final cae. Pero es legítimo dudar--y da tristeza admitirlo-- que de la semilla de esa fruta nazca un árbol mejor: la tradición de oportunismo que se va creando en nuestro joven país es una loza que aplasta el progreso.

Ayer, uno de los más infames políticos de la historia del continente volvió a ganar unas elecciones. Daniel Ortega ha gobernado en Nicaragua más que nadie, su país ya es más viejo que el de Somoza.
Anótese esta vergonzosa página a la cuenta de esa izquierda corrupta y amoral que se extiende por nuestras tierras de América como el hongo en la uña. Los invito a encontrar alguna diferencia entre Somoza y Daniel Ortega.
Cuando se cansen de buscar en vano oigan “Andará Nicaragua”, de Silvio. ¿Era este el "camino en la gloria" al que se refería el trovador?

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