Por fin entendí a Santiago, el viejo de Cojímar que protagoniza la novela de Hemingway, cuando le dice al niño que él no necesita reloj porque "la edad es su despertador". Todos los días del mundo, a las 5:30 de la mañana, los ojos se me abren y ya no hay manera de cerrarlos. Cuando eso pasa, aunque sea domingo o feriado, no me queda otra opción que preparar la cafetera y dejar que el día empiece.
1 comentario:
Vaya que sabes cómo decir las cosas, cubano!!!
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