El Paradero de Camarones estaba rodeado de polleras. Todos sus puntos cardinales estaban determinados por granjas en plena producción. Todavía no sé cuál fue la razón por la que el gobierno revolucionario decidío construir a nuestro alrededor tantas naves para gallinas ponedoras, pollos de ceba y hasta guanajos.
Lo primero que yo veía de mi pueblo cuando llegaba a él en el tren de Cumanayagua, era el tanque de agua de la granja Panamá. Es curioso, pero el nombre de ese pequeño istmo significaba para mí el enorme continente donde mi infancia tuvo lugar: una estación de trenes, cuatro calles, dos tiendas, una botica, una oficina de correos y las manos de los viajeros que decían adiós desde los trenes.
Nuestras gallinas ponedoras alimentaron (de manera lícita o ilícita) a todos los pueblos que teníamos en los alrededores. Por eso me alegró tanto que Miguel Lajara me propusiera colaborar con las comunicaciones de Sanut (el principal importador de alimento animal en República Dominicana) y Granja Guanuma, la joya de su corona.
Este es el primer anuncio institucional que publicaremos en la prensa. Para la gente de mi pueblo no tiene el más mínimo significado. Sin embargo, desde lo más hondo de mí quiero dedicarselo a ellos, porque fueron mi inspiración cada vez que pedí la palabra y aporté una idea.
3 comentarios:
Veo el arte y creo que estoy en la casa de la abuela en el noroeste.
Hermoso !!
Verde, olor a lluvia, gente auténtica y mariposas, siempre mariposas.
Felicito este bello anuncio, rescate de lo bueno y limpio.
Felicidades!
Tu prosa puede ser tan tierna como aguerrida. Viven en ti tanto el lobo como la paloma.
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