Hoy
es el cumpleaños de Jorge Sarlabous, el padre de Diana. Nació en Santiago de
Cuba en 1929. De sus 85 años, ha vivido 44 fuera de su país. Eso lo convierte
en un hombre con dos mitades. Una de ellas la dedicó a trabajar sin descanso
para el bienestar de su familia. La otra, a salvaguardar los recuerdos por un
país del que nunca hubiera querido irse.
Todos
los fines de semana comparto un trago con don Jorge. Él siempre aprovecha ese
momento para reconstruir algún recuerdo de su vida en Cuba. Es así que trae
hasta el presente el pretérito de Guantánamo, Alto Songo, El Cristo y Santiago
de Cuba. Interminables cañaverales, el paso de los trenes de caña y el bramido
de los ingenios en plena zafra se escuchan a nuestro alrededor.
A
veces habla con alegría. Sobre todo cuando me describe a los antiguos campos de
su provincia en plena producción. Luego, con tristeza, hace un inventario de
las ruinas en que se ha convertido todo, al cabo de 55 años de dictadura,
improductividad y desidia. Como es un hombre que trabajó toda su vida con
números, tiene una memoria increíble para las cifras; es a través de ellas que
demuestra el naufragio de Cuba.
Como
miles de cubanos, fue obligado a trabajos forzados cuando decidió abandonar el
país. Aunque fue reprimido y vejado incontables veces, de esos meses en un
campo de concentración solo insiste en un enorme temporal. “Todo quedó bajo
agua y nos abandonaron allí para que nos ahogáramos—relata siempre de la misma
manera—. Logramos llegar hasta la línea del tren y cruzamos el puente sobre el
río Tana antes de que la crecida lo cubriera. Gracias a eso estoy vivo”.
Hoy es el cumpleaños de Jorge Sarlabous, mi
suegro, un cubano admirable y bueno que tiene dos mitades: una en la nostalgia
y la otra en el exilio.
1 comentario:
Salud y larga vida a Don Jorge.
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