En Cuba se perdió la tradición de las plazas de toros. A pesar de
la gran población de emigrantes españoles, nunca logró arraigarse como en
México, Perú o Colombia. Sin embargo, en el Paradero de Camarones pocos héroes
fueron tan aplaudidos como Sebastián Palomo “Linares”.
Cuando pasaban De nuevo en
esta plaza (1966) o Solo los dos
(1968), el pueblo entero se metía en el cine Justo. Hasta el potrero de Felo
Lopez (que está después de la carretera, de la fila de casas, de la línea del
ferrocarril y de la carreterita) se oían los gritos de “¡Oleeeee!” de aquellos
campesinos.
Mientras las bestias sangraban en blanco y negro, mi pueblo,
enardecido, le daba ánimos a Palomo Linares. Todos se sabían las películas de
memoria, secuencia a secuencia. Como si eso fuera poco, desde la última butaca,
Chena iba adelantando las escenas por venir. Parecía temerle a que alguien en la
multitud aún no estuviera listo.
En 1996 fui por primera vez a una corrida. Hubo un momento en que todos
los asistentes a la Monumental Plaza de Toros de México hicieron silencio al
mismo tiempo. Entonces pude oír la respiración del toro, segundos antes de que la
estocada le hiciera desplomarse en el mismo medio del ruedo.
Estaba rodeado por más de 40.000 mexicanos con una gran cultura en
el arte de la tauromaquia. Pero junto a mí solo veía las caras de la gente de
mi pueblo. Aquellos que no se perdían las dos películas de Palomo Linares por
más veces que las pusieran.
A ellos, en verdad, les debo mi pasión por las corridas. Sobre
todo a mi abuela Atlántida, que buscaba entre las caras borrosas y grises de
los extras alguna cara conocida, el
rostro de un antepasado que compartiera con ella aquella fugaz esencia.
Sebastián Palomo Linares no sabe dónde está el Paradero de
Camarones. Tampoco puede calcular lo que significaba para nosotros en aquellas
noches, donde el blanco y negro de sus películas eran todos los colores que
teníamos a nuestra disposición.
4 comentarios:
Esto es rayar bonito, compay!! Gracias por llevarme de viaje!!
Palomno Linare/ te fuiste pa españa/por no coltal caña/me ca.. en tu madre...!
genial....
En Cuba no fue implantado el acto salvaje y cruel del "toreo" porque se upusieron a él, miles de personas, intelectuales, y pueblo en general, que con una campaña en los medios de prensa impidieron que se realizaran. No fue coser y cantar. Hubo protestas y la cosa no prosperó.
Otra cosa fueron los filmes de Palomo Linares y Julio Iglesias (no me olvido que en el filme La vida sigue igual, aparecía un cartel con la foto del Che en su cuarto)
Como bien dices esas peliculas causaron furor, (aunque eran mediocres) y fueron recordadas por su música...
Pedro Soto
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