Si nos hubiéramos ido a la estepa rusa, a la Patagonia o al
Círculo Polar Ártico, también habría sido un viaje de regreso. 10 años después,
aún dentro del más desesperante inmovilismo, nada fue igual. La Cuba a la que volví, por
más que trató de no cambiar en nada, no pudo ser la Cuba que dejé.
Diana y yo nos demoramos dos lunes en encontrarnos y apenas
una semana en reconocernos. Aquí debo admitir que hemos hecho una pequeña
trampa. La primera vez que nos despedimos, eran las 2:00 a.m. del 26 de julio. Afortunadamente, ella encontró una anotación
en su iPhone hecha a las 11:52 p.m. del 25.
Gracias a ese pequeño apunte, las manecillas de nuestra fecha de aniversario
pudieron atrasarse un poco más de dos horas. Si fuéramos suecos eso no significaría nada, pero para dos cubanos es un gran alivio. En el andén de la estación del Paradero de
Camarones, después de repasar todos aquellos azares que produjeron el
encuentro, le hice una pregunta.
Tal como prometió, esperó a llegar al andén de El Cristo. Para
demostrar que no le tenemos absolutamente ningún miedo a las fechas, sino a lo que significan, celebraremos
la respuesta el próximo 28 de enero. Será en el mismo lugar donde nos conocimos.
Mientras llega ese día, solo quiero insistir en lo que dije al principio.
No volví a mi país, regresé a ella. Cualquier mapa me
hubiera llevado al mismo punto. El Paradero de Camarones y El Cristo igual
estarían allí, en la estepa rusa, en la Patagonia o en el Círculo Polar Ártico,
esperando por nosotros.
1 comentario:
Regresaste entero?
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