El andén de la estación de ferrocarril de Cumanayagua ahora
es un huerto cerrado. La aguada de las locomotoras de vapor, que de manera inexplicable
ha sobrevivido, permanece atrapada en un platanal. El edificio entero, un valioso
patrimonio de ese pueblo, se ha empezado a borrar de un paisaje al que ya
no pertenece.
La supervivencia impone, como nadie, sus condiciones en el
terreno. Llega un punto en que a la gente le deja de importar la memoria
colectiva; luego, cuando la desesperación se agudiza, también se pierde la
individual. Hace apenas unos 15 años esa estación estaba intacta. Conservaba
todos los muebles y artefactos originales.
Ya ni siquiera hay acceso al andén. Desde cualquiera de sus
extremos era visible el punto donde, según Benny Moré, el Escambray se encaja en
el llano. Pocos metros más allá, está el esqueleto de último puente sobre el
río Arimao. Era usado por los trenes de caña de casi todos los ingenios de la
región.
En Cumanayagua, como en el resto de la Isla, una ruina
conduce a la otra. Incluso la mayoría de las industrias construidas después de 1959
ahora están paralizadas o destruidas. Hace un siglo la gente salía de
Cumanayagua en modernos trenes, ahora lo hacen en viejos carretones tirados por
caballos.
El pueblo, como su estación, parece un lugar del que no se
puede entrar ni salir.
2 comentarios:
wow! Que triste!esta es, despues de la mia, la estacion que mas recuerdo. Mi papa y yo ibamos en tren,todos los domingos, desde el Paradero de Camarones hasta Cumanayagua a ver mis abuelos, era tan lento el viaje que hasta me sabia todos los paraderos de memoria, que alivio cuando veia en puente de cumanayagua, sabia que despues venia la estacion. Que pena.
Muy triste la verdad... lo he vivido muy de cerca, es muy triste el grado de deterioro de la estación, más triste aún la ausencia del tren que una vez la abordó ... y solo queda el bello recuerdo de lo que un día fue.... solo eso...
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