Esa fue mi calle hasta finales de 1973, en que me fui a
vivir con mis abuelos al Paradero de Camarones. Ahí vivió mi padre el resto de
su vida. Aunque pronto se cumplirán 20 años de la muerte de Serafín Venegas,
en Manicaragua lo recuerdan como si se hubiera ausentado por apenas unas
semanas.
Gracias a eso, oí muchísimas historias que yo desconocía de
Camilo (así le llamaban todos allí). Dausy, Juan Antonio y Leonor me reconstruyeron
sus últimas horas en el pueblo, antes de que viajara a La Habana a conocer a su
única nieta. Uno de ellos aún conserva un encargo que él le dejó para su
regreso.
Gustavo Parrado, el padre de Gustavito, uno de mis mejores
amigos de la infancia en Manicaragua, conocía a Papi mucho más. Ellos también
fueron amigos de la infancia, allá en General Carrillo. Para Gustavo no era ni
Serafín, ni Camilo, sino Fin, el hijo de Lázaro y Eloísa, quienes a su vez habían
sido amigos de la infancia de sus padres.
Gustavo estuvo en el momento en que Papi se unió al Frente
Norte de Las Villas. Dice que iban juntos por la calle principal del pueblo
cuando entraron los rebeldes. De pronto, lo vio salir corriendo y, de un salto, caer en
las ancas del caballo donde iba el jefe de la tropa. Era Camilo Cienfuegos.
“Por poco lo matan. Esos disparates solo se le ocurrían a tu
padre. Unos días después estaban izando juntos la bandera en el Ayuntamiento de
Yaguajay. Eso sale en una película del ICAIC. Cuando la gente de aquí lo vio en
el cine, le pusieron Camilo… y luego él te lo puso a ti”, me contó Gustavo.
Hasta 1993 mi padre vivió ahí, en la calle Oriente 142. Recorrió
Cuba entera, se sumergió en casi todas sus costas y escaló muchísimas de sus
lomas. Pero ningún lugar le gustaba más que ese pedazo de pueblo que él llamaba
Casilda para decir que era suyo.
4 comentarios:
Mi padre era de Gral Carrillo también. ¡Línea norte!
¡Qué bonito, Camilo!
¡Me encantó!
andaba por aquí y cómo ya estoy en preparativos para próximo viaje a la MADRE Cuba... Voy en busca de tu viaje entre rieles, aire y recuerdos... Busco tu memoria porque la mía se aleja... Tus senderos y rincones me llevan a al cajón mental y brotan recuerdos y lugares que después de tantos años sin haber podido entrar ahora rebusco entre los jirones de mis recuerdos... Muchas gracias, un abrazo
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