Es un gran conocedor de la literatura cubana, habla de Lezama y Carpentier como si los leyera a toda hora. Se mantiene al tanto de lo que hacen, dicen y piensan los que escriben en la Isla. Para hablar de Leonardo Padura, sacó uno de sus libros del estante. No lo hojeó, ni si quiera lo miró, pero tampoco lo soltó hasta que terminó la frase: “Cuando uno lee las cosas tan penosas que escriben y afirman algunos, hasta gente que uno quiere, es que entiende lo consecuente que ha sido Padura, lo valiente que ha sido”, dijo.
Nos despedimos con el mismo abrazo de siempre. Yo le recomendé Academia Europa, de Luis Leante, y él aseguró estar feliz, porque se compró un libro de Calvert Casey en la Feria del Libro. Le dije que tenía deseos de escribir un post sobre nuestra conversación. “Hazlo, pero no digas mi nombre, no por ahora”, me pidió. Cumplo con las dos cosas.
5 comentarios:
Ya yo sé quién es, es demasiado facil, compadre. Tiene toda la razón, Padura es un tipo encojonao.
Excelente anécdota. Está muy bien contada.
muchacho que facilidad tienes para contar las cosas, ponte a escribir una novela que eres un narrador increible
Padura es admirable, como lo es Pablo Milanés, pero el camino de la honestidad y la valentía es duro y no todos están dispuestos a tomarlo.
Estoy leyendo "El hombre que amaba los perros".
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