En alguna parte leí que los dos personajes que mejor definían a la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) eran la puta y el chivato. En la de Fidel Castro (desde 1959 hasta la fecha) los segundos se comportan como las primeras. Esa puede ser la razón por la que los cubanos le buscaron otro nombre a las muchachas que circulan, subrepticiamente, bajo los lumínicos oscuros y las rumbas apagadas.
–Seré jinetera, pero a mucha honra– suelen decir ellas, tratando de hacer una distinción necesaria.
3 comentarios:
muy necesaria
esto me recuerda a Cabrera Infante. Tiene un aliento muy parecido a las viñetas de Vista del amanecer... Muy bueno... y muy necesario.
Si no fuera por lo triste de su contenido, te dijer que ese texto te quedo precioso.
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