El domingo pasado fui a buscar a un amigo, el escritor Ángel Santiesteban, al aeropuerto Las Américas, de Santo Domingo. Muchos de los que vieron al IL62M de Cubana aterrizando, hicieron comentarios sobre la desvencijada nave. “¿Y esa vaina vuela todavía?”, preguntó un dominicano incrédulo.
En la noche, cuando acompañé a Ángel a su hotel, nos enteramos de que, en el vuelo de regreso a la Habana, las turbinas del viejo Ilyushin se incendiaron y sólo gracias a la pericia del piloto se evitó la catástrofe. El aterrizaje de emergencia provocó el cierre del aeropuerto y el retraso de decenas de vuelos de otras aerolíneas.
Desde 1960 hasta la fecha, Cubana de Aviación ha tenido 16 accidentes mortales. Con un promedio de un desastre cada tres años, la aerolínea se coloca entre las más inseguras del mundo. Más que una flota, Cuba conserva un museo aéreo. Sus obsoletos aviones rusos llevan por los aires el mismo mensaje de decadencia que los antiguos automóviles norteamericanos dejan en tierra.
Para oír a Silvio no, pero para montarse en Cubana hacen falta alas.
En la noche, cuando acompañé a Ángel a su hotel, nos enteramos de que, en el vuelo de regreso a la Habana, las turbinas del viejo Ilyushin se incendiaron y sólo gracias a la pericia del piloto se evitó la catástrofe. El aterrizaje de emergencia provocó el cierre del aeropuerto y el retraso de decenas de vuelos de otras aerolíneas.
Desde 1960 hasta la fecha, Cubana de Aviación ha tenido 16 accidentes mortales. Con un promedio de un desastre cada tres años, la aerolínea se coloca entre las más inseguras del mundo. Más que una flota, Cuba conserva un museo aéreo. Sus obsoletos aviones rusos llevan por los aires el mismo mensaje de decadencia que los antiguos automóviles norteamericanos dejan en tierra.
Para oír a Silvio no, pero para montarse en Cubana hacen falta alas.
1 comentario:
Hay que tener mucho valor, o no tener ninguna otra opción, para viajar en Cubana.
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