José
Fernández era nuestra gran carta de triunfo en la lomita del Big Show.
Muchos lo consideraban el mejor lanzador derecho de ambas ligas. Pero el mar
acabó derrotándolo. El mar, esa maldita circunstancia que nos rodea por todas
partes.
Lo
primero que supe de él fue que había intentado escapar en una balsa. Más tarde
se dijo que el régimen lo tenía preso. Después de dos intentos más, por fin
pudo alcanzar su sueño. Durante la travesía, su madre cayó al agua y él se
lanzó a rescatarla. Ninguno de esos dramas logró quitarle la sonrisa de niño.
Recuerdo
el día en que lo descubrí de completo naranja (curiosamente, el uniforme de los
Marlins es del mismo color que el de Villa Clara, mi equipo, el que le hubiera
tocado a él de haberse quedado en Cuba). Sus gestos me recordaron al mítico Rolando
Arrojo, sin dudas era de la estirpe de los grandes lanzadores villareños.
Hace
apenas una semana, durante un enfrentamiento entre los Dodgers y los Marlins, su
gran amigo Jasiel Puig le tiró un beso. Él solo respondió la broma después de
terminar el wind-up y lanzar el tercer strike. Entonces rió complacido y,
camino del banco, enseñó toda la felicidad que llevaba por dentro.
Los
cubanos vivimos un drama interminable. La revolución que empezaron a construir
nuestros padres acabó por destruir a las familias, al país y a la mayoría de las
cosas que nos identificaban como nación. Todo lo que queremos es demasiado frágil y
lo que menos necesitamos parece ser imperecedero.
José
Fernández era, hasta la madrugada del pasado domingo, una de las cosas que nos
hacían sentir orgullo por nuestro origen sin tener que sacrificar algo a
cambio. Cada victoria suya era una fiesta interior en cada uno de nosotros.
Nunca llegó al último juego de la temporada. Nos dejó esperándolo para siempre; justo a nosotros, el pueblo que más sabe de infructuosas esperas.
Nunca llegó al último juego de la temporada. Nos dejó esperándolo para siempre; justo a nosotros, el pueblo que más sabe de infructuosas esperas.
10 comentarios:
Hay rostros que tienen tanta luz que te descorchan por dentro, le conoci ayer, se parecia tanto a mi padre, lanzador del Yumuri, en pesquerias, me ha dolido su partida como si fuese de la familia, que pena tan grande. Tienes razon, Camilo, esa espera interminable, fragmentos dispersos en el mar, qué historia tan triste.
El mar lo trajo y el mar se llevo. Murio como un cubano...en el mar
El mar lo trajo y el mar se llevo. Murio como un cubano...en el mar
"La revolución que empezaron a construir nuestros padres acabó por destruir a las familias, al país y a la mayoría de las cosas que nos identificaban como nación". Cuanta verdad guajiro.
Así es...el mar lo trajo a la libertad y se lo llevo a la eternidad. Descansa en paz Jose Fernández. Hasta siempre lo esperamos...
Así es...el mar lo trajo a la libertad y se lo llevo a la eternidad. Descansa en paz Jose Fernández. Hasta siempre lo esperamos...
Te felicito, belleza literaria y sabiduría, mezcla muy rara en el mundo digital!!!!
excelente como siempre.
Que buen articulo, q triste Es nuestra historia.... Solo a veces salpicada de alguna alegria. A veces no entiendo a la vida, se va un joven lleno de vida, talentoso, enamorado, buen amigo, buen Hijo y buenisima persona..... Y algunos malos andan todavia por ahi haciendo de las suyas... Q triste...Descansa en Paz Cubano, orgullo nuestro.... Luz para tu camino....🌹
El mas corto, pero el mejor escrito que he leído , encierra todo lo que sentimos con su perdida , se nos fue con el la persona donde veíamos la suma de todo lo que conforma nuestra identidad como Cubanos , por alguien como el siempre estaremos esperando .
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