En el año 2000, cuando llegué a
República Dominicana, me sentí muy solo. Mi soledad no era física. Muchísimos
dominicanos, a quienes siempre recordaré agradecido, me tendieron la mano por
donde quiera que pasé. Mi soledad era por Cuba, por lo que tuve que dejar atrás,
por lo que me vi obligado a abandonar.
El día que Alejandro Aguilar y
Marianela Boán me anunciaron su intención de mudarse a Santo Domingo, di
brincos de la felicidad (literalmente). Recuerdo que aquella misma noche,
después del segundo Brugal, le confesé a Alejandro mi soledad. A ustedes no les
pasará lo mismo, le prometí, porque ya hay un cubano esperándolos.
Por esa misma época nacieron las
redes sociales y de, pronto, sin que me diera cuenta, me encontré viviendo en el
mismo espacio que mucha de la gente que quiero y admiro. La Habana ya no es el
lugar donde tuve una casa y que a veces añoro; pero el muro de Facebook de
muchos de mis amigos, sí.
Un ejemplo de eso es la comunidad Hoy no he visto el Paraíso, creada por
Margo Reina de Groenlandia (Margarita García Alonso, para lo que no la
conocen). Ayer, sin ir más lejos, publicó esta foto. Aunque se trata de una de las
escenas más tristes de la historia de Cuba, me hizo feliz por el resto del día.
“No más de 40 personas. ¿Quiénes
serán esos dolientes que ahí aparecen, con sus sombreros a la rodillas...?”, se
preguntó Sindo Pacheco. Se trata del 7 de diciembre de 1895. En un bohío de
Punta Brava, de espaldas a una raída bandera y dándole la cara al olvido, los
cubanos se despiden de Antonio Maceo, quien acababa de caer en combate.
“Guárdenla preciosamente, no
duden en imprimirla, esa foto es la decencia cubana. Sindo, cuando la rescaté,
lloré una tarde, es tan grande que me pongo de rodillas”, agregó Margarita.
Y aquí estoy, fijándola para
siempre en El Fogonero. Ojalá que la humildísima eternidad de esa imagen no se
me olvide nunca, incluso cuando ya no me quede memoria ni para recordar mi nombre.
3 comentarios:
Camilo, bravo por poder escribir sobre y en la emocion; estabamos huerfanos de esta vision, seguiré buscando imagenes, puntada a puntada veremos la tierra nuestra, la historia que nos pertenece. Un abrazo y gracias siempre.
¡Qué hermoso post! Gracias, Marga, por divulgar esta hermosa página..¡Amo los trenes! Cariños desde Taos...
Caramba, Camilo, qué bien expresada esa estampa. Entendí a Margarita cuando dice que lloró. Se le aprieta el pecho a uno viendo, quizás, la poesía más triste de la patria. Gracias.
Sindo Pacheco
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