del poema que se hizo
para que no pudiera
ser descifrado.
Como en aquel cuadro
de Magritte,
ese donde los amantes
se besan
con los rostros cubiertos,
tratando de probarse
a sí mismos
que no les gusta
lo que hacen,
que no tendrán
necesidad de repetirlo,
porque el sabor de los paños
impedirá que recuerden
lo que ninguno de los dos
se atrevería a olvidar.
No hay nada que explicar
para que no pudiera
ser descifrado.
Como en aquel cuadro
de Magritte,
ese donde los amantes
se besan
con los rostros cubiertos,
tratando de probarse
a sí mismos
que no les gusta
lo que hacen,
que no tendrán
necesidad de repetirlo,
porque el sabor de los paños
impedirá que recuerden
lo que ninguno de los dos
se atrevería a olvidar.
No hay nada que explicar
del poema,
salvo
salvo
para los que se han dado
el beso
y se despiden sin descubrirse,
el beso
y se despiden sin descubrirse,
porque de ahí en adelante
sus ojos podrían delatarlos,
serían muy fácil de descifrar
sus ojos podrían delatarlos,
serían muy fácil de descifrar
lo que esconden.
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