05 junio 2024

Don Nano

Luis Concepción, Susana Ortega y yo junto a don Nano.

Hoy tuve un largo día de trabajo que incluyó siete horas al volante y más de cinco de entrevista con una leyenda del mundo de los destilados. Viajé a Puerto Plata para reunirme con Fernando Ortega Brugal. Si se fijan en el borde inferior de la etiqueta de 1888, encontrarán allí su firma.
Don Nano, así le llaman sus allegados, es el autor de ese extraordinario ron. Fue su canto de cisne como maestro ronero de la cuarta generación de la familia Brugal. Barricas de roble blanco americano, usadas por una vez en bourbon, y barricas de roble rojo español, ex Jerez, fueron sus secretas aliadas.
Aunque acabamos brindando con 1888, nuestra conversación se remontó unos años atrás, con la llegada de Andrés Brugal —su bisabuelo— a Santiago de Cuba, donde aprendió el arte de destilar mieles de caña de azúcar. La colaboración de sus hijos con los mambises y la amenaza del garrote vil, lo trajeron a suelo dominicano.
Desembarcó en Puerto Plata con su familia y un pequeño alambique de cobre, en él logró sus primeros destilados. Cinco generaciones después, Brugal es uno de los cuatro rones más vendidos del mundo y uno de los destilados premium más apreciados por los conocedores.
—Papá Andrés no toleraba que le quedaran mal —nos dijo don Nano refiriéndose a su bisabuelo—. Por eso siempre intentamos hacer el mejor ron posible, no se puede defraudar al hombre que fundó semejante legado. 
Dicho eso, acercó el vaso de 1888 a su nariz. Permaneció en silencio un largo rato, mientras reconocía todo el mundo interior del envejecido que lagrimeaba en el vidrio. Sonrió satisfecho y propuso un brindis. Luis Concepción, Susana Ortega —sobrina de don Nano y embajadora de Brugal— y yo chocamos nuestros vasos con el suyo.
Llegué exhausto a Santo Domingo. En el camino tuve que lidiar con una fuerte tormenta que incluyó inundaciones y derrumbes en el tramo de montaña. Pero el esfuerzo valió la pena, porque tuve el privilegio de seguir aprendiendo sobre el arte de hacer ron con uno de sus más grandes maestros.

Junto a Fernando Ortega Brugal, maestro ronero
de la cuarta generación de la familia Brugal.

No hay comentarios: