Leyendo Kilómetro 101 compruebo que el socialismo deja los mismos traumas en todas partes y hace que un ruso sienta exactamente lo mismo que un cubano. La angustia de tener que sobrevivir las interminables 24 horas de cada día, les anestesia el más mínimo interés en el futuro.
"Los sentimientos más habituales son dos: el miedo a la muerte y el poco amor a la vida. No quieren pararse a pensar en su futuro: que todo siga como está. No es vida, sino un fin de vida. Celebran las fiestas, beben y cantan, pero si miras a los ojos, si miras a los ojos no ves ninguna alegría", escribe Maxim Ósipov.
Él se refiere a la pequeña ciudad de N., una capital de distrito que está muy cerca de Moscú. Puedo decir lo mismo de Unión de Reyes, Cabaiguán, Jatibonico, Sibanicú o cualquier otro pueblo de Cuba, sin importar en qué kilómetro de la Carretera Central está, cuán lejos o cuán cerca de La Habana queda.
1 comentario:
el comunismo fue, es y sera la misma porqueria de siempre. un sistema faraonico hecho a la medida de una casta que siempre estara arriba y vivira de apalear a su pueblo.
se repitio, al calco, donde quiera que lo implantaron.
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