22 julio 2019

Carcassonne

La historia también se va de los lugares.
No tenemos una explicación
para sus abandonos.
Solo se sabe
que da la espalda 
y se aleja, disimuladamente,
hasta perderse de vista.
Entonces el olvido
o, peor aún,
la mala memoria
se hace cargo de todo.

Por eso quedan tantas preguntas
sin responder en los muros 
de Carcassonne.
Conocemos lo elemental,
lo que se salvó 
de las espadas y el fuego
de bárbaros, musulmanes y cruzados.
Pero la sangre no siempre es legible.
A veces los muertos,
como las cúpulas de Viollet-le-Duc,
también mienten.

Carcassonne,
la bestia amurallada
que pace junto al río Aude,
te recordó que tú también eres 
de un lugar
que se quedó sin historia.
Que la mala memoria
se hizo cargo de los tuyos
y de los muertos que mienten
cada vez que abren la boca.
La única diferencia
es que tú ya no necesitas 
una explicación
de tu pasado,
que te da lo mismo 
lo que se salve
de las espadas y el fuego.
Diga lo que diga,
la sangre acabará decepcionándote.

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