Hace 17 años que vivo en República Dominicana y durante todo este tiempo mi sentido de pertenencia por este país no ha hecho más que crecer. Se lo debo a los increíbles dominicanos que me han tendido la mano al pasar y a lo que he hallado en mis caminos (han sido muchos).
El sábado tuvimos que bajar a buscar a Ellen Pérez (comadre de Diana Sarlabous y una de sus amigas más queridas). Cuando volvíamos a la Loma de Thoreau, nos tocó ir detrás de una llovizna pertinaz y de este "delivery".
Recuerdo que le dije a Diana que por cosas como esa yo amaba a este país. Entonces ella sacó el iPhone de sus cartera y, después de lidiar con la distancia y el enfoque, hizo eso esta foto.
Ya lo saben, si suben hasta Jarabacoa... ¡no coman cuento, coman queso Marte!
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