(Escrito para la columna "Como si fuera sábado", de la revista Estilos)
La
bachata, por más que la ignoren, sigue siendo el sonido que más y mejor define
a los dominicanos actuales. Si en el siglo XIX y en el XX el merengue fue el
baile que delimitaba un concepto de nación en el lado oriental de la isla de la
Española, el siglo XXI parece pertenecerle por entero a la bachata.
Nació
en el campo y se crió en los rincones menos visibles y más menospreciados de
las grandes ciudades. Hasta en eso se parece a la gente que representa. Nada
retrata mejor a un dominicano actual que ese ritmo. Cuenta las historias que la
mayoría prefiere repetir y saca de los bailadores sus signos más sensuales,
honestos y enamorados.
Hace
unas semanas se estrenó “Caribe Deluxe” en Bellas Artes. La obra, una
coreografía de Marianela Boán, logra resumir en unos pocos gestos todo lo que significa
la bachata para los dominicanos. No pocos caribeños también se verían
reflejados en ese espectáculo que va directo a la esencia, sin disimulos ni
concesiones.
Con
una honestidad que estremece, Boán logra poner en escena, junto a las tragedias
nacionales, el júbilo y la nobleza que el dominicano lleva consigo a donde
quiera que va. Como en la bachata, la obra cuenta tristezas y alegrías, amores
y desamores, silencios y estridencias.
Aunque
Marianela es cubana, en esta obra piensa en dominicano. Escarba y escarba hasta
dar con la raíz de una identidad que hace ya dos años la tiene fascinada. Justo
por eso es que en la banda sonora de su espectáculo, concebida por el talentoso
compositor costarricense Fabrizio Durán, la bachata juega un rol esencial.
En la
Feria Cubadisco 2013, el más importante encuentro musical que ocurre en La
Habana, el cantautor dominicano Víctor Víctor recibió el máximo galardón por su
disco “Diez”, donde el creador cibaeño continúa explorando una forma de hacer
bachata que ha merecido la complicidad de Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat,
Silvio Rodríguez y Fito Páez, entre otros.
Llama
la atención que, mientras eso sucede en Cuba, en Santiago de los Caballeros, la
ciudad natal de Vitico, se han celebrado cinco ediciones del Congreso Música, Identidad y Cultura en el
Caribe (MIC) sin que la bachata merezca ser el tema central de ese
trascendental evento.
El
merengue, el son y la salsa, el bolero, el jazz, el folclore musical y danzario
del Caribe… No cabe duda que esos son temas relevantes. Pero siendo República
Dominicana la sede, merecía haber abordado una de las más auténticas y universales
marcas que tiene el país: la bachata.
La
próxima edición del MIC estará dedicada a la canción de autor. Los tres
cantautores dominicanos más importantes, Luis Dias, Juan Luis Guerra y Víctor
Víctor, también son bachateros por definición. Gracias a ellos, que tuvieron la
valentía de ponerse del lado de los menospreciados justo cuando más se les
menospreciaba, la bachata ahora también es poesía.
En las
noches de Nueva York, Madrid, Roma, Londres, París, Tokio o Moscú hay decenas
de miles de jóvenes que bailan bachata torpemente. Ellos darían cualquier cosa
por saber moverse como un dominicano. Pero ese estado de gracia, que a veces
resulta imposible de imitar, es la mayor riqueza que poseen la mayoría de los
dominicanos que no tienen casi nada.
La
bachata, por más que la ignoren, es uno de nuestros mayores valores. Incluso de
los que la desprecian y se tapan los oídos, porque se resisten a admitir lo que
son, todo por lo que admiran a su pueblo en el mundo.
2 comentarios:
Hoy y manana, aquí en Frankfurt, en una muy conocida calle, en la Berger Straße, hay una fiesta de salsa, merengue y bachata, y a pesar de que el tiempo no acompana, los alemanes no se la pierden, e intentan e intentan una y otra vez llevar el ritmo, pero que va... pero da gusto escuchar la bachata, a 12 mil km, "por más que la ignoren".
Sin desperdicio!!!!
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