En el País Vasco ha detonado un explosivo enfrentamiento con herramientas de la construcción y las comunicaciones. De un lado están los simpatizantes de la ETA y del otro los ciudadanos que han decidido darle la cara a las violentas acciones y la intolerancia de la organización terrorista.
Todo empezó cuando el joven vasco Emilio Gutiérrez, víctima del atentado del pasado lunes contra la Casa del Pueblo de Lazkao, destrozó a mazazos una ‘herriko taberna’ de la izquierda abertzale. Emilio acababa de pasar toda la noche a la intemperie y sin poder entrar en su casa, que fue destrozada por completo.
“No hay solución: ojo por ojo diente por diente, hijos de puta”, dijo cuando fue detenido. Después de destruir los cristales de la puerta y el mostrador, Emilio arremetió contra una televisión, un dispensador de cerveza, botellas, vasos y varios carteles de la izquierda abertzale. Según un reportaje de El País que relata lo sucedido en el pueblo de Guipúzcoa, “nadie recuerda en el País Vasco un gesto tan rotundo por parte de una víctima de ETA como respuesta a un atentado”.
Pero lo más curioso son las herramientas de comunicación usadas por cada bando a partir del suceso. Mientras los simpatizantes de la banda terrorista llenaron al pueblo de carteles, calificando a Emilio como “agresor fascista”, en la Internet se ha generado todo un movimiento de solidaridad con el joven. A través de las redes sociales y de minimensajes, se ha convocado a una colecta para recaudar el monto total de la multa que se le imponga a Emilio.
A través del blog Justiciero Lazkao (http://justicierolazkao.blogspot.com/) se recogen muestras de solidaridad y se ofrece un número de cuenta para que los internautas colaboren en la reconstrucción del domicilio afectado por el artefacto. El titular del reportaje de El País es “Una gota de ira en un mar de miedo”.
En uno de los más de cien comentarios que los lectores habían hecho apenas unas horas después de ser publicada, alguien proponía una corrección: “Perdón yo lo titularía: ‘Una gota de Justicia en un mar de miedo”.
Todo empezó cuando el joven vasco Emilio Gutiérrez, víctima del atentado del pasado lunes contra la Casa del Pueblo de Lazkao, destrozó a mazazos una ‘herriko taberna’ de la izquierda abertzale. Emilio acababa de pasar toda la noche a la intemperie y sin poder entrar en su casa, que fue destrozada por completo.
“No hay solución: ojo por ojo diente por diente, hijos de puta”, dijo cuando fue detenido. Después de destruir los cristales de la puerta y el mostrador, Emilio arremetió contra una televisión, un dispensador de cerveza, botellas, vasos y varios carteles de la izquierda abertzale. Según un reportaje de El País que relata lo sucedido en el pueblo de Guipúzcoa, “nadie recuerda en el País Vasco un gesto tan rotundo por parte de una víctima de ETA como respuesta a un atentado”.
Pero lo más curioso son las herramientas de comunicación usadas por cada bando a partir del suceso. Mientras los simpatizantes de la banda terrorista llenaron al pueblo de carteles, calificando a Emilio como “agresor fascista”, en la Internet se ha generado todo un movimiento de solidaridad con el joven. A través de las redes sociales y de minimensajes, se ha convocado a una colecta para recaudar el monto total de la multa que se le imponga a Emilio.
A través del blog Justiciero Lazkao (http://justicierolazkao.blogspot.com/) se recogen muestras de solidaridad y se ofrece un número de cuenta para que los internautas colaboren en la reconstrucción del domicilio afectado por el artefacto. El titular del reportaje de El País es “Una gota de ira en un mar de miedo”.
En uno de los más de cien comentarios que los lectores habían hecho apenas unas horas después de ser publicada, alguien proponía una corrección: “Perdón yo lo titularía: ‘Una gota de Justicia en un mar de miedo”.
1 comentario:
Camilo, ETA es la vergüenza de Europa. Por eso hay que celebrar que frente a sus cobarde fechorías surgan gestos tan valientes como el de este joven. Un abrazo cubanito
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