Cada vez son más las obras producidas por jóvenes creadores cubanos sin el auspicio de ninguna institución oficial. En Youtube hay colgados decenas de documentales que abordan una Cuba demasiado real e inadmisible para los que velan por la Cuba oficial.
El escritor Orlando Luis Pardo (La Habana, 1971) acaba de presentar su libro de cuentos Boring Home en el entorno de la fortaleza donde se celebra la Feria Internacional del Libro de La Habana. “No era un gesto para ganar protagonismo −declaró el escritor−, tampoco era un gesto beligerante, era un gesto de paz”.
Según una nota publicada por Cubaencuentro, el joven narrador fue objeto de varias amenazas en los días previos al anunciado lanzamiento. Tanto su madre como él recibieron llamadas donde se les amenazaba de golpizas y hasta de violencia sexual. “Lenguaje del horror medieval”, aseguró Pardo.
Pero ni siquiera la advertencia de un vicepresidente del Instituto Cubano del Libro de que las posibles “consecuencias físicas” de la presentación del libro en La Cabaña se le “escapaban de las manos”, amedrentaron al escritor.
Cerca de 30 policías encubiertos (me imagino hasta la ropita que llevaban, los segurosos son tan predecibles) y varias cámaras acompañaron a Pardo y a un grupo de unas 80 personas entre los que sobresalían escritores, blogueros y corresponsales extranjeros.
Boring Home estaba en el plan editorial de Letras Cubanas, pero fue excluido sin que su autor recibiera notificación alguna. “Las editoriales no deben penalizar a los escritores por sus posturas, deben concentrarse en editar textos −dijo Pardo a Cubaencuentro−. Con gusto volvería a publicar en Letras Cubanas”, aclaro el escritor antes de advertir que su discurso en la presentación fue “inclusivo”, sin “marcar distancias entre escritura oficial y alternativa”.
Yoani Sánchez, autora del blog Generación Y, que también fue perseguida y amanezada en los días previos al lanzamiento, dijo a Cubaencuentro que durante la presentación se repartieron entre los asistentes algunos CDs con el texto del libro.
“Otros fueron escondidos en diferentes sitios dentro del recinto ferial, a modo de juego”, declaró Sánchez. Ante la imposibilidad de encontrar espacios sin censuras en las instituciones y organizaciones oficiales, los jóvenes creadores cubanos han decidido convertirse también en gestores culturales y asumir la promoción de sus propias obras.
Aunque el comandante Ramiro Valdés hace lo indecible por impedirlo, la Internet y las nuevas tecnologías son capaces de derribar hasta la más invulnerable muralla, en La Cabaña eso quedó probado.
El escritor Orlando Luis Pardo (La Habana, 1971) acaba de presentar su libro de cuentos Boring Home en el entorno de la fortaleza donde se celebra la Feria Internacional del Libro de La Habana. “No era un gesto para ganar protagonismo −declaró el escritor−, tampoco era un gesto beligerante, era un gesto de paz”.
Según una nota publicada por Cubaencuentro, el joven narrador fue objeto de varias amenazas en los días previos al anunciado lanzamiento. Tanto su madre como él recibieron llamadas donde se les amenazaba de golpizas y hasta de violencia sexual. “Lenguaje del horror medieval”, aseguró Pardo.
Pero ni siquiera la advertencia de un vicepresidente del Instituto Cubano del Libro de que las posibles “consecuencias físicas” de la presentación del libro en La Cabaña se le “escapaban de las manos”, amedrentaron al escritor.
Cerca de 30 policías encubiertos (me imagino hasta la ropita que llevaban, los segurosos son tan predecibles) y varias cámaras acompañaron a Pardo y a un grupo de unas 80 personas entre los que sobresalían escritores, blogueros y corresponsales extranjeros.
Boring Home estaba en el plan editorial de Letras Cubanas, pero fue excluido sin que su autor recibiera notificación alguna. “Las editoriales no deben penalizar a los escritores por sus posturas, deben concentrarse en editar textos −dijo Pardo a Cubaencuentro−. Con gusto volvería a publicar en Letras Cubanas”, aclaro el escritor antes de advertir que su discurso en la presentación fue “inclusivo”, sin “marcar distancias entre escritura oficial y alternativa”.
Yoani Sánchez, autora del blog Generación Y, que también fue perseguida y amanezada en los días previos al lanzamiento, dijo a Cubaencuentro que durante la presentación se repartieron entre los asistentes algunos CDs con el texto del libro.
“Otros fueron escondidos en diferentes sitios dentro del recinto ferial, a modo de juego”, declaró Sánchez. Ante la imposibilidad de encontrar espacios sin censuras en las instituciones y organizaciones oficiales, los jóvenes creadores cubanos han decidido convertirse también en gestores culturales y asumir la promoción de sus propias obras.
Aunque el comandante Ramiro Valdés hace lo indecible por impedirlo, la Internet y las nuevas tecnologías son capaces de derribar hasta la más invulnerable muralla, en La Cabaña eso quedó probado.
La Jiribilla contraataca En la edición 406 de La Jiribilla, se le dedica un pequeño dossier a la presentación de Boring Home en la Feria Internacional del Libro de La Habana. Los tres tristes textos son acompañados por las fotos que tomaron los agentes de la Seguridad del Estado emplazados en el lugar.
Lo demás son los insultos de siempre, las maldiciones y los lugares comunes que ese libelo digital suele proferir en contra de los que están en contra. Los textos dan risa, tanto por su poder de fabulación como por sus “quejas y sugerencias” a la prensa extrajera acreditada en Cuba.
Sólo uno me apena y es el de Ernesto Pérez Chang. “Pardo Lazo: mucha publicidad mala y poca literatura buena” es algo que pudiera firmar cualquiera de esos jiribillos que ya están hundidos en el fango hasta la cintura, pero no Ernesto, quien sé como piensa y de cuya inteligencia tengo recuerdos muy gratos.
Cuando alguien a quien mi abuelo consideraba una buena persona hacía una canallada, Aurelio solía decir: “Nadie sabe lo que es capaz de hacer un hombre por llevarle un plato de comida a sus hijos”.
Ernesto no tiene hijos y, hasta donde llega mi conocimiento, la comida no está entre las cosas que se consiguen cuando uno decide embarrarse con un trabajo sucio para esa gente.
Lo demás son los insultos de siempre, las maldiciones y los lugares comunes que ese libelo digital suele proferir en contra de los que están en contra. Los textos dan risa, tanto por su poder de fabulación como por sus “quejas y sugerencias” a la prensa extrajera acreditada en Cuba.
Sólo uno me apena y es el de Ernesto Pérez Chang. “Pardo Lazo: mucha publicidad mala y poca literatura buena” es algo que pudiera firmar cualquiera de esos jiribillos que ya están hundidos en el fango hasta la cintura, pero no Ernesto, quien sé como piensa y de cuya inteligencia tengo recuerdos muy gratos.
Cuando alguien a quien mi abuelo consideraba una buena persona hacía una canallada, Aurelio solía decir: “Nadie sabe lo que es capaz de hacer un hombre por llevarle un plato de comida a sus hijos”.
Ernesto no tiene hijos y, hasta donde llega mi conocimiento, la comida no está entre las cosas que se consiguen cuando uno decide embarrarse con un trabajo sucio para esa gente.
5 comentarios:
Vengo a brindar por el inminente derrumbe de esa nefasta muralla...
Un abrazo,
AR
Es una pena que escritores cubanos con talento se presten para el juego cochino de la dictadura de desacreditar a los que procuran abrir pequeños espacios donde se pueda respirar otro aire que no sea el fétido ambiente oficial. Me apena la actitud de Ernesto Pérez Chang de quien recuerdo alguna que otra crítica inteligente. Ese es el precio que hay que pagar en Cuba por no poder ser uno mismo.
Lo importante Camilo es que esas cosas se digan ahora y no después. Hay que empezar a decir las cosas en la cara para que después no nos consumamos en sacar trapitos sucios. Aunque discrepo de ti en eso de la inteligencia de Ernestico, a quien siempre vi a la ssombra perniciosa y temblorosa de Ena Lucía Portela.
Excelente!!!!!! Por el centro, asere.
Mmmmmm... Sea como sea, Camilo,no estaría mal diferenciar el grano de la paja. Defender el grano con uñas dientes y... la paja, sólo paja es.
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