05 octubre 2011

La belleza y el che(o)

Cuando me fui de La Habana, la imagen del Che aún no había alcanzado esa aberrante presencia que tiene hoy. Entonces, el paisaje cubano contenía tanta propaganda política como ahora, pero el diseño era mucho más creativo. Lo cheo (palabra que en mi país califica al peor mal gusto) no había contaminado tanto.
Frases autoritarias o huecas, mensajes burdos o sin sentido, redundancias, exageraciones, eufemismos, falacias… Los signos de admiración y los gritos se superponen una y otra vez. Encima de todo eso, reiterativo hasta la caricatura, el icono del Che embarra cuanta pared encuentra vacía.
El colmo de los colmos es un rostro de Guevara hecho de piedras en una loma a la entrada de Santa Clara, muy próximo a la tumba del guerrillero. Por culpa de las últimas lluvias, la hierba le ha crecido por los ojos y la boca. Es como si le hubieran tatuado una calavera a la montaña para anunciar la cercanía de sus huesos.
Afortunadamente, el Ministerio de Cultura ha tenido la excelente iniciativa de reimprimir y comercializar las obras cumbres del afiche cubano. Piezas de Eduardo Muñoz Bachs, Raúl Martínez y Alfredo Rostgaard, entre otros clásicos, pueden adquirirse en museos y tiendas. Ese es uno de los pocos antídotos que se pueden conseguir frente a tanta agresión visual.
La antigua belleza gráfica de La Habana, aquella ciudad que organizó el memorable Salón de Mayo de 1968, ahora solo es posible en frágiles pliegos de papel. Esas serigrafías contienen la memoria visual de un país que ha sido tomado por el che(o).  

4 comentarios:

Ileana Caballero dijo...

¡Cuánta razón tienes!

ELPIDIO VALDÉS dijo...

ESTO ES UNA VERDAD MÁS GRANDE QUE EL CHE(O) DE LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN.

Anónimo dijo...

EXCELENTE!!!!! EL CHE YA HARTA EN EL PAISAJE CUBANO. ES TRISTE VERLO CONVERTIDO HASTA EN CENICEROS.

Grace dijo...

Tu blog me hizo recordar cuando hace varios anhos le compre a mi hermano para su cumpleanhos una camisa negra con una estrella roja al frente. Compre la camisa con prisa pues debia enviar el regalo por correo para que le llegara a tiempo. Mi hermano era entonces un adolescente y la camisa estaba nitida, como decimos en Puerto Rico, para un muchachito a quien le gustaba correr patineta. A la semana recibo una carta larguisima escrita a punho y letra. Mi madre me escribia furiosa, dandome una leccion de historia sobre el Che. Resulta que con la prisa de enviar el regalo no me di cuenta que la maldita camisa no solo tenia una estrella al frente, sino que tambien llevaba en la espalda la imagen ya conocida del Che. Es casi un absurdo pensar que no mire la parte de atras de la camisa antes de comprarla, pero asi fue. Lo interesante es que aun si hubiese visto la parte de atras, no hubiese tenido la misma reaccion alergica que mi madre. Posiblemente no la hubiese comprado, pero no por ser el Che, sino porque no me gusta la ropa que lleva la cara de alguien impresa. Te cuento esto Camilo porque es impresionante la falta de conocimiento que existe sobre quien fue el Che realmente. Ya sabras que en Puerto Rico el insularismo es tan fuerte que no hay archipielago que valga y Cuba queda tal lejos como Australia. En escuela superior me mandaron a leer un libro sobre el Che que lo idolatraba. Luego en la universidad mi companhera de cuarto, quien habia vivido en Cuba, hablaba del Che como si fuese, bueno olvidate, el hombre mas bondadoso y altruista de la historia. Varios anhos despues, todo esto antes de la compra de la camisa, habia visto como en Europa casi que uno de cada cuatro jovenes llevaba algun articulo de ropa con la imagen del Che. En aquel entonces pense que habia un movimiento sociopolitico joven en pleno vigor, hasta que me di cuenta que la imagen del Che estaba de moda. La gente se ponia algo del Che como anhos despues se pusieron zapatos Nike sin importarle que venian de maquiladoras. Gracias a los poderes mayores, ya no veo ese mismo afan con el icono del Che. Parece que paso de moda. Cuidado, siempre, con cualquier tipo de propoganda!