12 mayo 2010

Falta de aire

El día que alcancé la última página me faltó el aire. De la Tierra a la Luna se acaba cuando Nicholl, Barbicane y Michel Ardan admiten que se han quedado encerrados en el vagón de metal que los llevó a la Luna. En los párrafos finales, con su prosa límpida y precursora, Verne teje un mensaje alentador.

Desde su casa en Longs Peak, el buen J. T. Maston no les perdía de vista. “Apenas la Luna aparecía en el horizonte, la encerraba en el campo del telescopio y la seguía (…). Observaba con una paciencia eterna el paso del proyectil por su disco de plata, y, en realidad, el digno veterano vivía en comunicación perpetua con sus tres amigos, y no desesperaba de volverlos a ver un día a otro”, escribió Verne.

Las historias de otros dos personajes, que conocí por la misma época, también me produjeron falta de aire. Pero los padecimientos del Conde de Montecristo y el prisionero de la máscara de hierro, no son comparables con los míos en una de mis pesadillas más recurrentes.

A menudo sueño que estoy en el aeropuerto de La Habana y grotescos personajes de impecable verde olivo no me dejan salir. Yo, que no puedo entrar, cuando estoy dormido sigo pensando en irme. Y es entonces que, antes de despertar, me asfixio como si estuvieran a bordo del artefacto que llevó a la Luna a los personajes de Verne.

Cuba es mi Iff, mi máscara de hierro, el satélite donde orbito sin poder zafarme; aún cuando sea yo mismo quien, desde lejos, la encierre en el campo de mi telescopio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Camilito hermoso: Cuba no existe.

Anónimo dijo...

Sería hermoso un comentario en tu Blog sobre la valentía de Yoani Sánchez.
Es genial esa chica luchadora de verdá.
Y otro sobre la Iglesia y sus curas depravados.
Y otro sobre las secundarias en el campo y todo lo que nos hacían pinchar...

SENTADO EN EL AIRE Juan C Recio blog dijo...

Camilo, Julio Verne era la lectura preferida de una de mis hermanas, y nunca me prestaba uno de sus libros, ella me leía, pero yo quería hojear; una vez que ella por descuido lo dejó a mi alcance, muy cuidadosamente le arranqué la pagina final...Podrás imaginarte los gritos de rabia y la buena pela que me dieron. En fin, me acordé de eso, pero esa idea de soñar y que no te dejan salir descrito en tu post es algo muy recurrente en mis sueños...que más decir, muy bueno tu escrito como siempre.

Margarita Garcia Alonso dijo...

que hermoso lo cuentas, si yo pudiera respirar...te dejo uno de los ultimos frasquitos que guardo celosamente antes de que partiera la nave, el aire que te rozo hace años frente al mar...si le cuidas bien , si eres paciente , se convertira en ventolera que tirara en un crater el encierro
te beso

José Fernández dijo...

Compartimos falta de aire.

Castaño dijo...

Cuba es una trampa, ya eso no es una patria. Muy bueno Camilo.