13 marzo 2025

Papel carbón, un libro para leerse a trasluz


Papel carbón
 ya está disponible en todas las tiendas de Amazon. Aunque es el volumen 5 de Libros del Fogonero, saldrá semanas antes que el 4. El trabajo de edición de La vuelta a Cuba se ha retrasado (al parecer el nombre de mi depauperado país en el título lo condicionó y se rezagó, viendo cómo otro se le adelantaba).  
No será la primera ni la última vez que suceda algo así. La locomotora 61602, que fue construida en la URSS en 1975, llegó a Cuba antes que la 61601, que había sido construida en 1974. Leonardo Orozco, diseñador de la colección, me recordó que Abbey Road Let It Be, tampoco salieron en el orden que The Beatles los grabaron.
Aquí les comparto la excusa que aparece al principio del libro, donde explico las razones de su existencia:
Siempre me gustó leer lo que decían las hojas de papel carbón. Mi abuelo era jefe de estación y, sobre la antigua mesa del telégrafo, había muchas de varios tamaños. Si una de aquellas hojas negras o azules se ponía a contraluz, quedaban al descubierto órdenes para los trenes, envíos a lejanos destinatarios, nombres de viajeros y lugares remotos.
Seguir escribiendo poesía es, de alguna manera, tratar de leer lo que dice un pliego muy usado de papel carbón. En algún momento, de la forma que sea, casi todo se dijo, casi todo se repitió. A estas alturas, no sólo es difícil descifrar cuáles son las copias, sino que también los originales están en duda.
Es imposible contar los calcos que hay en este cuaderno, donde se reúnen poemas escritos desde 1987 hasta hoy. No siguen un orden cronológico y casi ninguno aparece en su versión original. Algunos de los más lejanos, incluso, han sido reconstruidos de memoria, después de haberse perdido o dejado perder, en un intento por disimular imperfecciones e imposturas.
Dice José Emilio Pacheco que Paul Valéry afirmó: “Reescribir es negarse a capitular ante la avasalladora imperfección”. Estas versiones, como las órdenes de vía que mi abuelo le daba a los trenes, anulan todas las anteriores. Las primeras quedan como el inicio de un trabajo que tampoco acaba aquí.
Dejo las correcciones por venir a cuenta y riesgo de quienes lean.

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