20 octubre 2024

Geo Ripley, de las sombras a la luz


El jueves pasado volvimos a Baní, cuna de Máximo, el dominicano que enseñó a los cubanos a cargar al machete. Nuestra visita fue pacífica. Se trató de un pacto zanjado con nuestros primos Mary y Marcos, quienes estuvieron al frente de la exposición que celebró los 60 años de vida artística de Geo Ripley.
“De las sombras a la luz” resume, en dos ámbitos, la desorbitante creatividad de un caribeño esencial y universal. El Centro Cultural Perelló (iniciativa privada de la familia que produce Café Santo Domingo) vio lo que al estatal y miope Ministerio de Cultura se le escapó, abriéndole de par en par las puertas a un artista invencible.
Geo Ripley descubre lo que se quiere cubrir, reafirma lo que se niega, celebra lo que a otros acompleja, se concentra en lo esencial en un mundo cultural donde prima cada vez más los obsoletos códigos del espectáculo televisivo y la bobería. Esa es una de las razones por la que disfruté tanto ese acto de fe.
Las comunidades vecinas trajeron sus deidades y las razones por las que creen en ellas y en el artista. Las paredes soportaron seis décadas de constante búsqueda de una identidad… o de muchas, porque Geo son muchos Geo y su obra, en consecuencia, parece pertenecer a varios individuos y no a uno solo. 
Gracias, Mary y Marcos. Gracias, Baní, por nuestra independencia y por la exposición. Gracias, Geo, por tu obra y por los abrazos de los que Diana y yo nos sentimos tan orgullosos.




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