No sé por qué siempre me he imaginado a Bartleby, el escribiente,
con el cuerpo y las muecas de Ricardo Alarcón. Nunca sabré que extraña analogía
se gestó en mi cabeza cuando abrí el libro y, fascinado, entré por primera vez
en el despacho del célebre abogado de Wall Street.
Recuerdo que una vez, durante un congreso de escritores y artistas
en La Habana, le vi llegar al Palacio de las Convenciones en compañía de tres edecanes.
Aquello me pareció una casualidad espeluznante y se lo comenté al amigo que
tenía al lado: “Ahí viene Bartleby con Turkey, Nippers y Ginger Nut”.
Si el personaje de Herman Melville fue un precursor del
existencialismo y el absurdo en la literatura, el político cubano recondena
nuestra existencia con sus absurdos. El jueves pasado, con una parsimonia digna
de Bartleby, Alarcón aseguró que Cuba le pide poco a Obama: indultar a los
cinco espías.
Cuando menciona el nombre del país, el funcionario se refiere
únicamente al régimen que representa. Por eso pasa por alto que los cubanos tienen problemas mucho más
apremiantes que resolver. A pesar de la incesante propaganda, la suerte de esos
convictos no está entre las prioridades de la gente.
Si el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular tuviera
la misma voluntad que le está exigiendo a Obama, podría resolver de la manera
más sencilla un verdadero problema: las humillantes prohibiciones que le
impiden a los cubanos entrar y salir de su propio país con libertad.
Eso que estamos pidiendo sí es poco. Pero sospecho que Alarcón tiene
una respuesta parecida a la que daba Bartleby cuando le reclamaban algo. El
funcionario habla muy bien el inglés, puede repetir con acento neoyorquino la
frase original del escribiente: “I would prefer not to”.
3 comentarios:
Simply genial, asere!
Bordado, a lo Melville.
jajajajaja, que falta haria que Alarcon tuviera acceso a este blog. Me lo imaginaria frente al espejo haciendo muecas y repitiendo: “I would prefer not to”. jajajaaj
volao Camilo
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