Cuando Luis González Ruisánchez se fue de La Habana, yo me quedé por un tiempo más. Su desesperación me tomó la delantera. Años después nos hicimos amigos y durante un extenso periodo compartimos oficina, largas tazas de café y conversaciones casi infinitas.
Luis es un pinareño visceral y un cubano a prueba de desengaños. Su sentido del humor es directamente proporcional a su capacidad para desentrañar las cosas más serias y graves. Gracias a su lucidez campechana y a su desparpajo filosofal, me hice de algunas armas que ya no le puedo devolver.
Frente a frente, durante las ocho horas laborables de aquella gélida torre empresarial, desmenuzamos la historia de Cuba y tratamos de armar los innumerables escenarios de ese futuro irremediable que acabará dándole alcance. “Nadie sabe el pasado que le espera”, solía decir con su agria sonrisa de gordo melancólico.
Luis se fue otra vez. Se largó de República Dominicana y yo me volví a quedar. Su desesperación de nuevo me tomó la delantera. Es difícil imaginarse a Santo Domingo sin él (¡pregúntenle a Pedro Ramón López o a Iván Pérez Carrión!). Un pinareño de más en Miami no es noticia, pero el vacío que ese tipo nos ha dejado aquí le ronca los cojones.
10 comentarios:
Que chevere artículo. Conozco a Luis Gonzalez y a su esposa y es una hermosa descripción.
Saludos
tan lindo.. vengan a visitarnos :) mua.
Camilo, siempre escribes muy bien, es un lujo leerte, pero si hablas de mí entonces te leo con más envidia y gusto. Yo me lo merezco, jeje. Un abrazo, sabes que te tengo un cariño legítimo.
Qué lindo descubrir que tienes sentimientos, Venegas
No hay más remedio que irse acostumbrando a las partidas. Hace muchas décadas que estamos depeidiendo amigos y seres queridos. Nos tocó y a joderse. Un abrazo.
Sé de compartir ausencias...me gusta su frase, porque en verdad, nadie sabe el pasado que le espera.
Un abrazo.
Que Luis se vaya debe hacernos meditar profundamente a quienes nos quedamos.... Abrazos,
Mi querido poeta. Muy acertadas tus palabras. Pesa mucho la ausencia de Luis. Gracias por expresarlo por todos nosotros.
Buena esa nota nostálgica y fraterna, Camilo. Veré a Luis esta semana. Un abrazo,
Miércoles no había leído esto, casi me saca las lagrimas, estuviste cerca asere.
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