Cuando me veo obligado a ejercer mi rol de comunicador y organizo talleres con mis clientes, jamás les hablo de esto. Siempre repito la frase de que los cambios producidos por la Web 2.0 solo son comparables con los de la revolución industrial. Un ejemplo me ayuda a convencerlos: la radio tardó 38 años en conseguir 50 millones de usuarios, la televisión lo logró en 13 y Facebook en apenas seis meses.
Pero cuando les hablo de mi propia experiencia (porque eso siempre es mucho más convincente) jamás se los menciono. Ellos no saben nada de Eliseo Alberto, Odette Alonso, Sonia Díaz Corrales, Sigfredo Ariel, Margarita García Alonso, Juan Carlos Recio, Chago Méndez Alpízar y Carlos Pintado, entre muchos otros.
Una de las razones por la que entro en Facebook a diario es para verlos a todos juntos. Allí logramos que México D.F., Santa Cruz de Tenerife, La Habana, le Havre, Nueva York, Madrid, Miami y Santo Domingo coincidan en una misma coordenada. Al menos en ese muro, quedan invalidadas las distancias que propone la geografía. Aunque todos somos escritores, casi nunca hablamos de literatura. Los abrazos pendientes apenas nos dejan tiempo para otra cosa.
Hace unas semanas, por una razón ajena a nosotros, Odette Alonso abandonó ese lugar en que tan bien se está. No dio explicaciones, solo anunció que no volvería y mencionó otros lugares donde se le podía encontrar. Desde entonces, no ha habido una conversación en la que no se note su ausencia. La última de ellas aún no se ha acabado, porque acabo de poner un comentario.
Odette, he escrito estos cinco párrafos para pedirte que vuelvas. Ya tenemos armada una fiesta que empezará en el Paradero de Camarones y se acabará en Rancho Luna. Sí, por esos rumbos donde una cienfueguera le dijo “¡Moré!”. Dale, chica, no jodas tanto.
11 comentarios:
Estoy llorando como una niña!
Qué bueno que hiciste regresar a Odette, llorando como niña emocionada. Quiero estar en la fista, aunque se resistan a pasar por Caracas, yo me acerco a dónde ustedes digan.
Bienvenida de nuevo al barrio Odette. Te cuento que intenté alejarme unos dias por trabajo y no resistí no verles, me pasa como a Camilo.
Odette, Camilito: estuve lejos porque he tenido ( o tengo) a mi papá con problemas de salud. Camilo: siempre paso por tu muro.
es lo que hacia falta, un buen escandalo... Odetteeeeeeeeeeeeeeee
¡Misión cumplida!
Si Odette no está, no sé, yo no puedo entrar...I have missed you a lot mi cosita!
Odette qué ricoooooooooooooooooooooooo!!!!! Camilito: sólo tú( y nadie más) engendras la maravilla.
eso eso¡, que vuelva que vuelva.
con esos truenos quién duerme odette?, atrévete a decirle que no a camilo, aya ya ay
Ya lo ves, miherma, estamos hechos de física, química, POOOOLVO y su tilín de sentimentalismo también. Ahora que la emoción se traduzca en puecco asáo, chicharrones y tojtones, aunque sean virtuales. ¿Quién pone el lague?
Me alegro por la crónica y por Odette niña, ok
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