En noviembre harán diez años que vivo en República Dominicana. Cuando llegué a este país mis conocimientos sobre él eran los indispensables. Pero traía una carta debajo de la manga: todas las veces que había oído a Juan Luis Guerra. Gracias a eso pude sortear obstáculos que al principio parecían insalvables, descifrar los códigos más enrevesados y entender el valor de la “jarina”, eso que deja de ser sed sin tener que ser lluvia.
No se me olvida el día en que, camino de Montecristi, descubrí el cartel de “¡Bienvenidos a Villa Vázquez!”. En ese momento hubiera querido que fuera en el Paradero de Camarones donde oyeran mi canto. Pocas veces un creador ha logrado con solvencia, en palabras y melodías, las claves de una identidad.
Lo admito. Los dos últimos discos de Juan Luis Guerra me distanciaron de él. A lo mejor es que yo no los entendí o que no comulgué con lo que el artista quería decir. Pero lo cierto es que me tuve que aferrar a sus obras anteriores para seguir contando con él. Por carreteras y oficinas, en los momentos de mayor júbilo y en los más difíciles, aquel Juan Luis no dejó de ayudarme a convivir con los suyos, a enamorarme de su país.
3 comentarios:
Muy bueno tu blog..!! Me han gustado mucho tus comentarios sobre el nuevo disco de nuestro dominicano más internacional. Asi como tu, muchas personas que se habian alejado de Juan Luis, talvez porque se "cristianizó" y dejo atrás lo social de su canto, están contentos con este nuevo disco que se espera gane muchos premios! Y si...¡¡Volvió Juan Luis!!
Salvador V Guerra me encanta el nuevo disco, lo que quiere decir que no disfrute los anteriores....entonces disfrute alguna religiosidad con matiz popular...pero realmente me gusta como es ahora y fue siempre, un gran compositor y cantante
Se va la Guagua! que clase de cancion a la altura de sus mejores canciones!
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