La revista Parteaguas, del Instituto Cultural de Aguascalientes, en México, publicó en su número más reciente dos poemas míos. “La ceiba inclinada” está basado es un hecho real. En la casa de Felo López, el vecino más cercano que teníamos en la estación de ferrocarril de Camarones, hay una inmensa ceiba inclinada. Mi abuelo siempre recordaba que hubo un momento, cuando la planta era apenas una postura, en que ese mayúsculo problema tuvo solución. “Banda municipal” se debe al súbito hallazgo, en una glorieta del exilio, de un danzón cubano.
LA CEIBA INCLINADA
Felo López y Benigno no pudieron impedir
que el inmenso árbol se inclinara
sobre la casa, el pozo y el tiempo de frío.
Cada vez que vuelven los nortes
ellos miran hacia la cúpula inamovible.
Felo López y Benigno saben
que no hay rabos de nube ni ciclones
que puedan derribar a ese gigante
lleno de espinas y pájaros extintos;
pero la inclinación les produce dudas,
algo les dice que no se confíen,
que de un momento a otro
su mundo puede ser arrancado de raíz.
BANDA MUNICIPAL
En el medio del parque desolado,
en la mitad del día sin ruido,
en el centro del pueblo vacío.
La banda municipal toca
lo que ya nadie recuerda,
ese mundo que se termina
en el hoyo negro
de una tuba,
en el estruendo abisal
de todos los tambores juntos.
6 comentarios:
De lujo.
La explicación de los poemas es tan buena como los poemas. ¡felicidades!
Buenísimos.
Dos textos muy completos, están donde tienen que estar, como un tiro al blanco, compay ud nació para contar y hasta le pone música. Un abrazo, JC Recio
Me alegro, Camilo, que hayas reorganizado tu blog...
vientos, donde viene mi cuento, felicidades
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