Leímos el correo, no sé si Lichi o yo podamos escribir algo, trataremos. Lichi ya se tiene que ir, antes del 28, no pueden hacerle más prórrogas, yo trataré de irme con él, si logro la visa a tiempo, el jueves 25.
Hay un documental sobre papá, no sé si el de Denti, donde él aparece en esa estación, tengo que volverlo a ver, se llama Las cuatro estaciones de Eliseo Diego. Papá escribió una décima muy linda, en Por los extraños pueblos, sobre los trenes. De niño, él quería ser maquinista de un tren. En varias entrevistas habla de ese tren, que pasaba justo al lado de nuestra casa y que, efectivamente, él montó de niño para ir de Arroyo Naranjo a la ciudad.
Tenía dos apeaderos cerca de casa, Cambó y Llansó. Cambó se lo puso el abuelo materno de papá, Eliseo Giberga, el autonomista, porque él vivía frente al paso del tren, que era como por un barranco, y construyó un puente de hierro, que todavía está ahí (deja ver si encuentro una foto reciente) para poder atravesar el barranco.
Cambó se llamaba el pueblito donde vivió durante su exilio, cuando la guerra, creo que fue en Suiza. Llansó se llamaba así por un asilo de ancianos que había en el pueblo, Asilo Masónico Llansó. En un libro que escribí en 1993, El reino del abuelo, menciono el paso de ese tren (el libro trata sobre mis recuerdos de infancia de la casa de Arroyo Naranjo).
El tren hace años que ya no pasa, después que, por el paso de un ciclón, se cayó el puente de Calabazar. Bueno, deja ver, son muchos recuerdos. Te copio la décima de papá y el fragmento de mi libro.
Un abrazo grande
Fefé
pd: ¡Tenía varias fotos del tren y del puente, no lo recordaba!
LOS TRENES
¿A dónde han ido los trenes
llenos de fama y poder,
cuya elocuencia fue ayer
la gloria de los andenes?
Cuando por la tarde vienes
cruzando el año perdido,
¡cómo extrañas el silbido
anhelante, noticioso,
que desdeñaba el reposo
y majestad del olvido!
Eliseo Diego (La Habana 1920- Ciudad de México 1994)
XVIII
El caminito de palmas estaba entre el descuidado bosque de mangos y el primer recinto, a la entrada, que tenía siempre un césped bien cortado, rodeado de flores y mantos. La pequeña escalera de piedras, al final del caminito, escoltada por dos tinajones camagüeyanos, interrumpía el antiquísimo muro de ladrillos que dividía al jardín en casi dos mitades iguales, pero a distinto nivel. Alrededor del muro encontrábamos fragmentos de vajillas españolas, imágenes religiosas, fósiles de caracoles, restos de la hostería o del convento que, según abuelo Constante, había existido antes de la casa. Después, el bosque de pinos, con la fuente rodeada de embelesos y campanitas. Al lado, un poco a la derecha, la otra fuente, con la estatua de la elegante señora y su cántaro. Arriba, más pinos y arecas, junto al pozo. Por todas partes mangos, guanábanas, anones, zapotes, ciruelas. Al fondo, el gallinero-cobertizo en el que abuelo, muchos años antes, guardaba su caballo. El tenebroso matorral, húmedo y lleno de telarañas, en la curva, al borde de la carretera.
El tren estremecía la casa a su paso por el barranco y asustaba a las palomas, que buscaban refugio en el alto techo de tejas rojas.
Fefé de Diego
VILLA BERTA DESDE EL PUENTE
Los techos que se ven al fondo son los de Villa Berta (el de la izquierda) y el del estudio de papá, en los altos del garage. Nuestra casa nunca tuvo aire acondicionado, nos fuimos de allí en 1968, y tenía un portal, muy lindo, que en la foto del 2007 no aparece. El techo era de tejas rojas... Justo abajo, al lado de la casa, estaba el barranco y el paso del tren. La foto está tomada desde el puente, frente a la casa de Eliseo Giberga.
Fefé
5 comentarios:
Excelente post, excelente regalo, lo he disfrutado mucho, gracias.
Acabo de ver lo que hiciste en el blog con lo que te envió Fefé y he tenido que comentártelo, es una joya, desde el encanto de las fotos hasta la décima de Eliseo y el texto de Fefé, a quien copio este email.
Son cosas que reconfortan en esta tarde que ni te cuento como ha transcurrido.
Camilito, qué lindo todo eso de Fefé, Lichi, Eliseo el Mago.
Serán muuuuchos tesoros para tu libro acerca de LOS INFINITOS PARADEROS DEL TREN DE LA MEMORIA.
Bello.
Me encanto todo lo q leí,entre por pura curiosidad para saber donde era Villa Berta solo para darme cuenta q era en la esquina d mi casa,viví hasta hace 4 años en la calle C en el Trigal! Un placer haberlos leído! Me gustaron mucho las fotos!
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